Una aventura de papel de 20 años

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Aquel año de 1997 el fenómeno de El Niño causaba estragos en medio mundo, pero nosotros llorábamos con 'Titanic', ese otro 'calentamiento global' que estrenó James Cameron. Clinton y Yeltsin más bien reían, en aquella juerga que se corrieron en su encuentro moscovita. Qué distintas las relaciones entre las dos potencias, ahora más tensas que la cuerda de un funambulista. Lo que en aquel año inicierto nos heló la sonrisa fue el asesinato de Miguel Ángel Blanco, la infamia del tiro en la nuca, que ni todas las plazas de España llenas de gente con las manos enlazadas pudo evitar. Verano negro que pareció avanzar hacia un túnel negro en el centro de París donde se perdió para siempre la princesa Diana.

 

Para entonces, Harry Potter ya habitaba entre nosotros, igual que el Capitán Alatriste, aunque la NASA, en su empeño de llegar más alto lanzó una sonda hacia Marte y otra hacia Saturno. Me cuesta reconocer que el Real Madrid ganó la Liga española ese año, claro que por entonces no había pisado aún el césped del Calderón el Cholo Simeone. Días grises en los que Rafa Nadal aún no nos aceleraba el pulso desde la tierra batida, así que nos entreteníamos con el 'Príncipe de Bel Air' y los absurdos Tamagotchis. Ya lo dijo Chaplin, que la vida de cerca es un drama, y de lejos una comedia.

Euforia en el Mar Menor

Andábamos por entonces metidos hasta las cejas en la década de los noventa, la que cambió el orden mundial y que pisó el acelerador de las tecnologías, y en el Mar Menor la euforia inmobiliaria nos hacía creer cada vez más que la fiesta no terminaría jamás. La población aumentaba, sobre todo en Los Alcázares, así que las licencias de obra salían de los despachos municipales de Urbanismo como las cajas de galletas. Esa nueva clase social emergente, la del pelotazo, andaba ocupado en cubrir la mayor extensión posible de tierra cercana al mar con cemento a costa de las artimañas que fueran porque, como ya debieron prever, sus fechorías dormirían en los congeladores del juzgado. Lo que no quedó parado fue el efecto de todo lo que ya habíamos arrojado al Mar Menor. Las manifestaciones contra el desagüe de aguas fecales en La Ribera se sucedían por aquellos tiempos no tan lejanos que tienen hoy su cara más triste. La más grotesca llegó con la escultura fálica que se instaló a la entrada de La Manga y cabreó aún más a los veraneantes, que armaron una de las mayores manifestaciones de la historia.

El quebradero de cabeza de aquel año fueron además las medusas, que nadaban como en una orgía náutica a sus anchas, mientras fuera resonaban las quejas de los bañistas y las promesas de políticos. Pásmense, que en 1997 los vecinos de Pozo Aledo ya se quejaban amargamente por el siniestro túnel que les sirve de enlace con San Javier. A día de hoy, nada ha cambiado.

Podría parecer un 'déjà vu' no solo el dichoso túnel, sino la recurrente sardina que apareció justo ese año en el Mar Menor y volverá a hacerlo esta primavera, para darle la razón a quienes defienden que la historia es cíclica y regresa una y otra vez.

Tuvimos para alegrarnos la vida a Bryan Adams en San Javier, a Manuela Carrasco en San Pedro y a Simple Minds en Los Alcázares. A algunos no se nos olvidará aquel concierto de Carlos Cano junto a María Dolores Pradera, que poco después se haría irrepetible con la muerte prematura del compositor.

 

El brindis por el primer ejemplar de El Noticiero en el bar La Oficina de San Javier

En todas esas andábamos, como siempre columpiándonos entre el drama y la comedia, cuando nació El Noticiero. Aún recuerdo el calor del papel recién impreso en las manos, la emoción, la ilusión del nacimiento. Vino al mundo con vocación de abrir los ojos al Mar Menor, observar con curiosidad y visión crítica todo cuando pasaba en su entorno. Dar testimonio, lo mismo de las inquietudes de un pescador que las de un alcalde. Con espíritu humilde pero valiente, prudente y sin embargo decidido, por eso no ha parado de evolucionar con los tiempos. Fue tinta y papel hasta el año 2011, aunque para entonces ya tenía su avatar digital. De hecho El Noticiero fue uno de los primeros periódicos digitales de la región de Murcia, pues ya intuímos que la década de los noventa, que nos conectó definitivamente a las tecnologías, no daría paso ya jamás a una era analógica. El mundo ya no era como lo habíamos conocido, y el Mar Menor tampoco. 

No se me olvidan -ni se disiparán nunca de nuestra memoria- profesionales y amigos que estuvieron con nosotros en la aventura: Ricardo Alonso, paciente maquetador; Pepe Salas, impulsor; Annie Wolf, inolvidable amiga y compañera que hizo posible incorporar Die Deustche Post y The English Post a El Noticiero-fue el primer periódico en tres idiomas-; Antonio Menárguez, amigo-padre, columnista y ceador de El Retrovisor; Miguel Galindo, consejero y columnista; José Ballester, eterno maestro; Javier López, genio y fútbol; Álvaro Peña, artista y agudo humorista gráfico, aún me recuerdan la viñeta de Pedro José 'El conquistador'; Rafael de los Ríos, maestro y compañero; Dekhici Yahia, artista herido, Mohamed, traductor; Pepa Bueno, repartidora y amiga. Y tantos otros que pasaron por nuestra vida y por nuestro papel.

Han sido casi 20 años apasionantes y difíciles, porque sostener una empresa periodística es ambas cosas sin moderación. Esta cabecera que hoy ves renovada ha superado oleajes de diversa naturaleza, desde las desatadas por la furia de algún alcalde que se sintió 'descubierto' y expuesto a la mirada pública -como debe ser-, hasta la crisis lacerante que diezmó hasta el límite lo que es el oxígeno de la prensa, la publicidad. Lo hizo tristemente ante nuestros ojos con numerosos empresarios, que vieron tambalearse el esfuerzo de tantos años.

Hubo momentos que parecieron inspirados por David Foster Wallace cuando auguró que "te encontrarás rogando que te sea posible perder la cabeza, envolverla en algún periódico viejo y dejarla en un callejón para que se las arreglen sin ti".

Hoy podemos decir que Noticiero Mar Menor (NMM) es un superviviente. Se agarró a la única tabla de salvación que no se hundía, que casi nunca naufraga: la calidad. Por un lado el periódico, que se transformó en digital como el St.Cleve Chronicle de Jethro Tull (escúchalo) y como cientos de diarios en el mundo, apostó por plantear las noticias de otro modo, ameno y riguroso, por mostrar hechos, rincones e historias de la comarca del Mar Menor que no habían tenido luz hasta ahora. Por otro, el contenido adquirió un sesgo marcadamente útil -periodismo útil-, que planteara temas de interés para los que viven en la zona y los que residen más lejos, lugares que visitar, gastronomía, agenda de actividades en las que participar, gente que se mueve, cosas que ocurren, los cambios que experimenta este rincón del mundo.

La conexión a las redes sociales -Facebook, Twiter, Youtube, Instagram, Pinterest, Foursquare- refuerza ese carácter social y turístico, accesible desde cualquier punto del planeta. De hecho, una gran parte de los lectores acceden desde Murcia, Madrid, Barcelona, Castilla La Mancha, Londres, México, Australia...

Con una media de 15.000 lectores diarios, a NMM le queda mucha cuerda. Tiene los mimbres de los grandes periódicos -historia y lectores, es decir, pasado y futuro- pero sobre todo compromiso e ilusión por seguir reflejando la vida del Mar Menor y su entorno, con toda su escala de colores, luces y sombras. Con este nuevo formato -la cuarta versión en sus 20 años de historia-, NMM quiere conservar la cintura de adaptarse a los tiempos, evolucionar tan velozmente como lo requiera la tecnología con tal de seguir llegando a los ojos del lector ávido de contenidos de calidad que tengan que ver con nuestro adorado Mar Menor.

Como ves, el nuevo formato da un mayor protagonismo a la imagen (GALERÍA DE FOTOS) y el VIDEO, por lo tanto el periódico rejuvenece y se hace más atractivo, más visual, más ágil. Se mantienen las secciones de siempre, aunque iremos incluyendo algunas nuevas, porque hay mucho que contar y el objetiuvo sigue siendo contártelo de la mejor manera, para que las palabras te enganchen del cuello a la primera frase y puedas completar tu visión de la realidad con fotografías, videos, testimonios, etc.

Nuestro blogueros siguen fieles a nuestro lado e irán incorporándose otros nuevos de diversas habilidades y conocimientos, pero siempre profesionales de la comarca del Mar Menor, con muchas cosas que compartir y de los que vamos a aprender.

Nos encanta la nueva sección de EVENTOS, para que en esa línea del Periodismo útil, no se te escapen citas interesantes en tu entorno. Te daremos las fechas, los lugares (incluso las coordenadas para llegar), los participantes...En el nuevo diseño han participado profesionales de primer orden, desde el diseño de la nueva cabecera de Ramón Torres, de Grafyco, hasta la creación del nuevo formato, por Enrique Astudillo. Pronto anunciaremos la aplicación para móviles de NMM, para que puedas seguir lo último de tu comarca desde cualquier sitio con más comodidad.

Lector, si nos has acompañado en toda y parte de esta aventura, debes saber que todo esto es por ti. También si acabas de llegar, desde cualquiera de los pueblos costeros o desde Sidney, bienvenido a la familia de NMM.

 

 

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