El encharcamiento del campo empieza a pasar factura a las plantaciones. Las intensas lluvias de los últimos días han elevado el nivel freático al máximo, lo que impide el desagüe habitual de la tierra, que permanece con grandes estancamientos de agua. El sindicato UPA ya ha detectado los primeros casos de enfermedades fúngicas, como la botritis, y la dificultad para atender pedidos por los problemas para recolectar.
En general, los agricultores han recibido las lluvias de los últimos días con satisfacción, ya que supone un riego gratuito para las explotaciones del campo de Cartagena y Mar Menor. En la parte positiva figura también la recarga de los acuíferos.
UPA señala que la lluvia caída en las últimas días y semanas en amplias zonas del Noroeste y el Altiplano representan un aporte extremadamente positivo para los cultivos de secano, proporcionando una reserva de humedad en el suelo que especialmente favorece el buen estado de las plantaciones de cara a las próximas cosechas (viña y almendro), el aumento de la producción (olivar) y la siembra en óptimas condiciones (cereales).
Asimismo para los cítricos, con una campaña recién iniciada, las lluvias suponen un lavado para los árboles y un aporte extra para el engorde de los frutos y, al igual que los frutales, se benefician especialmente del lavado de sales en el suelo.
Por lo que respecta a las hortalizas, ubicadas especialmente en las comarcas del Campo de Cartagena, Mar Menor y Valle del Guadalentín, las lluvias acumuladas están generando en algunos casos problemas de acceso a las plantaciones para la recolección (lo que puede ocasionar retrasos puntuales para atender pedidos) y dando lugar a la aparición de los primeros problemas de enfermedas fúngicas, por exceso de humedad, como la botritis.
UPA quiere destacar que en algunas zonas del Mar Menor las inundaciones de parcelas y arrastre de cultivos hortícolas tienen su causa en el desvío del curso natural de ramblas por la construcción de urbanizaciones, provocando que dichas ramblas en algunos puntos bajen secas mientras el agua acumulada y desviada arrasa parcelas y cultivos.
Finalmente UPA valora positivamente el otoño especialmente húmedo en la Cuenca del Segura, que está permitiendo la recuperación de acuíferos, mayores aportaciones y ahorro de agua en los riegos.
Por su parte, el representante de COAG en el Campo de Cartagena, Vicente Carrión, también valora positivamente las lluvias, al margen de "los daños puntuales que haya causado en algunas parcelas". "Nos ahorra un riego abundante", explica.
Sobre los efectos adversos de las lluvias señala que "era de esperar porque no se ha hecho nada y lamentamos que la Confederación Hidrográfica del Segura haya sido tan poco diligente". "Desde COAG lo venimso diciendo desde los años noventa, que hay que construir embalses de laminación que tengan un efecto de contención", indica Carrión, quien se muestra contrario a la plantación de las barreras vegetales que incluyó la Ley de Medidas Extraordinarias del Mar Menor: "Es una ocurrencia y un capricho, porque lo único que va a pasar es que las lluvias arrastren las barreras vegetales al Mar Menor".
Cree que "ahora hay otro espíritu en los agricultores. Nos hemos concienciado de que la agricultura intensiva que veníamos practicando no es la mejor opción y vemos más conveniente que no haya más de dos cosechas al año". "Dejamos que la tierra descanse y alternamos productos porque es más beneficioso. También se está plantando de nuevo campos de cereales", asegura Carrión.
