El Mar Menor no tiene respiro. El aumento de la turbidez y de la clorofila detectado en los últimos días no tiene una sola causa. En su contra se alían "la continua entrada de agua a la laguna por la rambla del Albujón y las altas temperaturas registradas, el escaso intercambio hidrodinámico o los fuertes episodios de lluvias", según explica el consejero de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Luengo. Los vertidos no censan.
Los parámetros registrados de forma semanal por técnicos de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente reflejan “una alteración considerable de los registros que hasta principios del mes de agosto se venían recogiendo”. En concreto, los valores medios registrados por la estaciones medidoras reflejan una transparencia de 2’55 metros, turbidez de 3’58 ftu, clorofila media de 3’46 microgramo por litro, temperatura de 28’95 grados, una salinidad de 45’46 psu y 5’26 miligramo por litro de oxígeno.
El consejero Antonio Luengo, acompañado por el científico Ángel Pérez Ruzafa.
Al respecto, Luengo explicó que “haciendo una evaluación de la serie de datos histórica se espera que, con el final del verano y el descenso de las temperaturas, y siempre y cuando cese de forma inmediata la entrada de agua por la rambla del Albujón, se recuperen los valores estables”. “Confiamos en que el Mar Menor sea capaz de soportar estas presiones, como nos ha demostrado en otras ocasiones”, añadió.
Luengo exige al Ministerio de Transición Ecológica la puesta en marcha de “medidas urgentes en el Mar Menor para garantizar el fin de los vertidos que día a día se siguen produciendo a la laguna”. “El Mar Menor sigue siendo muy vulnerable a la entrada de nutrientes, por lo que necesitamos conocer ya los avances del Plan de Vertido Cero y que el Ministerio active de inmediato el bombeo de la rambla del Albujón así como la desalobradora de El Mojón”, reclamó Luengo.
El consejero recordó́ que “debemos tener muy claro que, aunque el Gobierno regional y los ayuntamientos trabajemos sin cesar en la recuperación del Mar Menor, poco podemos hacer si el Estado no toma cartas en el asunto”. En este sentido, puntualizó que “es vital que aprueben una serie de infraestructuras de gestión del agua necesarias para evitar que se sigan produciendo aportes de agua del acuífero con altas concentraciones en nitratos”.
El Plan de Vertido Cero que debe ejecutar el Ministerio para la Transición Ecológica lleva una lenta tramitación. Valorado en más de mil millones de euros y con un plazo de ejcución de 10 años, se trata de un proyecto heredado por el actual Gobierno socialista del anterior ejecutivo de Rajoy con 21 medidas para frenar la contaminación en el Mar Menor.
Entre las acciones contempladas por este plan se incluye la perforación de 99 pozos que sustituirán a los más de mil actuales para drenar el acuífero, que se encuentra contaminado por un alto índice de nitratos. Así se frenaría supuestamente el vertido difuso de nutrientes al Mar Menor.
Uno de los puntos calientes del Plan es la eliminación de entre el 25% y el 35% de los regadíos de la cuenca del Mar Menor, una medida que siempre contó con la oposición del PP, aunque el consejero Luengo ya ha adelantado que "hay que dar una pensada a las zonas agrícolas que tenemos desde El Algar a La Manga".
La evaluación ambiental de los regadíos es una competencia de la Comunidad Autónoma, que de momento no ha dado un paso adelante en la reordenación de la agricultura del Campo de Cartagena. Los filtros verdes, la moratoria urbanística -que en teoría está en vigor desde 2017 pero no que se aplica, como se ha demostrado con el macroproyecto del hotel La Perla de Levante de Los Urrutias- o el control de los pozos y las desalobradoras ilegales son algunas de las medidas que no se han llevado a cabo aún, al igual que la aplicación de la Ley de Medidas Urgentes.
