"La mayoría de las doradas del Mar Menor salían hacia Italia, así que al cerrar las fronteras, el precio ha bajado en las últimas dos semanas", explica el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, José Blaya. La dorada, reina de las especies de la laguna, inició su campaña en los primeros días de marzo con precios que aliviaron la economía de los pescadores. Hasta 18 euros en subasta alcanzaron los ejemplares de mayor tamaño, aunque después fue bajando hasta los 11 euros de media.
Después de las inundaciones y del episodio de la anoxia en el Mar Menor, los pescadores esperaban verse compensados con una campaña abundante de doradas en primavera. Y la laguna no les ha defraudado, una vez más. "Como no pudimos pescar el pasado otoño, las doradas han alcanzado un tamaño mayor y ahora hay muchas de un kilo o kilo y medio, y de excelente calidad", explica Blaya. Cuando mejor avanzaba la campaña, ha venido el virus a torcer de nuevo los resultados.
El cierre de las fronteras italianas ha hecho daño, ya que algunos grandes compradores que solo adquieren pescado para la exportación, han dejado de comprar. La mayoría se queda en el mercado interior, entre las pescaderías y las cadenas de supermercados. El confinamiento por la pandemia y el cierre de la hostelería ha sido la puntilla para los precios.
Cada día llegan a la lonja de Lo Pagán unos 7.000 kilos de dorada. Más que otros años, según afirman los pescadores, que trabajan provistos de mascarillas y guantes. Los compradores habituales dan salida a la producción, pero ahora preocupa a los pescadores la incertidumbre que se cierne sobre la campaña de langostinos, que comienza el 1 de mayo. El producto estrella del Mar Menor llegará de nuevo a las redes, pero su precio dependerá de si puede llegar a las barras de los bares.
