El mosquito tigre aumenta en la costa por las lluvias intensas y el cierre de las segundas residencias

Comarca Mar Menor
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El mosquito tigre ha encontrado este año un paraíso en la costa del Mar Menor. Con abundantes aguas estancadas tras el invierno más lluvioso que se recuerda, y unas temperaturas cálidas con tendencia a aumentar, ha contado con el ecosistema perfecto donde reproducirse.

Y otro factor a favor, ya que ha podido campar a sus anchas por el confinamiento, que ha retrasado más que nunca la apertura de las segundas residencias de playa, donde las piscinas, toldos y recipientes han servido de cuna para este insecto, que se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud con su expansión hacia el norte por el calentamiento global

Para mayor bienestar del temido Aedes albopictus, la Consejería de Sanidad ha retrasado más de un mes este año la campaña de vigilancia entomológica y el control de este transmisor de varias enfermedades, entre ellas algunas graves como el dengue, el virus zika o el chikungunya. La Comunidad tenía previsto comenzar el muestreo del mosquito tigre el 17 de marzo, pero lo pospuso hasta el 28 de abril, aunque las primeras ovitrampas se han instalado a primeros de mayo.  De hecho, el 16 de marzo los departamentos municipales de Medio Ambiente recibieron un correo electrónico que comunicaba el retraso de la colocación de las trampas "hasta nuevo aviso"

Fueron los ayuntamientos los que, a iniciativa propia, han contenido la expansión de la plaga con fumigaciones desde el pasado febrero, ya que la DANA de enero y, posteriormente, la de marzo, incrementaron los encharcamientos, que este año han contenido un riesgo potencialmente mayor por la baja capacidad de drenaje de la tierra. Alcorques e imbornales, cunetas de caminos y carreteras o badenes de calles han sido lugares propicios para el retén de aguas sucias, por lo que han sido puntos rojos en la ruta de fumigación. También sótanos y garajes inundados por el nivel freático o por los residuos de las inundaciones han recibido su dosis de productos contra el mosquito tigre. 

El vehículo de una empresa de servicios fumiga un parque de San Pedro del Pinatar. Arriba, la misma acción en una zona verde de Los Alcázares. 

"El 80% de los focos se dan en los espacios privados", advierte la concejal de Sanidad de San Pedro del Pinatar, María Carmen Guillén. "Un cubo que dejes con agua el fin de semana puede dar lugar a que críe 80 huevos de mosquito tigre", señala. En febrero comenzaron a aplicar larvicidas ecológicos para los primeros estados del insecto, al tiempo que actuaban con insecticidas más potentes para la plaga de adultos con dosis controladas, en un programa de combate contra el volador, similar al que han llevado a cabo en el resto de los municipios costeros. 

Aparición precoz

"El año pasado no hubo mosquito tigre hasta julio, pero este año, aunque no tenemos aún resultados, creemos que se ha adelantado por las continuas lluvias en la zona", asegura el concejal de Medio Ambiente de Los Alcázares, Antonio Luis López Campoy. Ha pedido a los vecinos que vacíen piscinas y pilas de lavado, y cubran con mosquiteras los aljibes. "Desde marzo tenemos problemas para contenerlo y hemos intensificado las fumigaciones", confirma el edil. 

Un operario fumiga un canal de rambla de Torre Pacheco para evitar la proliferación de mosquito común y tigre. 

En San Javier, el Ayuntamiento tuvo que dictar un bando para pedir a los propietarios de segundas residencias que, ante la imposibilidad de sanear sus viviendas de playa tras las lluvias, autorizasen a los servicios municipales a acceder a algunos jardines y eliminar posible focos del insecto. "Hemos echado pastillas de cloro a algunas piscinas con la autorización del dueño, y hemos redoblado esfuerzos en la vía pública", señala la edil María Dolores Ruiz

En Torre Pacheco han aprovechado las horas de madrugada para pulverizar los tratamientos adulticidas para evitar las molestias a los vecinos, a pesar de "su baja toxicidad y olor", señala el edil José Vera. En la noche del próximo sábado proyectan hacer otra batida por piscinas, cauces de ramblas, solares y zonas de paseo de las pedanías. 

La plaga no deja vivir a los vecinos en las urbanizaciones que cuentan con algún canal o estancamiento cercano. "La otra noche nos pusimos a cenar en la terraza y tuvimos que meternos corriendo porque nos comían", asegura Claudia Castejón, vecina de Euro Roda, donde los residentes denuncian el agua muerta de un canal próximo y los charcos de un solar donde han criado las ranas. 

También en Los Urrutias, la Plataforma vecinal se queja de las nubes de mosquitos "que hace imposible hacer cualquier actividad o incluso abrir las ventanas". 

Los insecticidas se emplean también en los imbornales de las vías públicas, como hace este trabajador en Torre Pacheco. 

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