El paisaje que se han encontrado los turistas durante esta Semana Santa ha estado compuesto de paseos marítimos en obras, playas con las arenas amontonadas y balnearios en ruinas. La mayoría de los hoteles no ha llegado a abrir, agobiados entre la pandemia y el estado de las playas.
Las obras del paseo marítimo de Lo Pagán no han terminado, según lo previsto inicialmente, antes de Semana Santa. Los turistas de la Región -solo de la Región debido al cierre perimetral por la pandemia- han tenido que sortear las vallas de obra y buscar alguno de los 4 accesos habilitados para acceder a la arena, ya que el buen tiempo ha acompañado durante casi toda la semana festiva, excepto algún episodio de lluvia leve y vientos.
Hoteles como el Neptuno, situado justo en primera línea de la playa de La Puntica, no han abierto ante el panorama de suelos levantados y tubos saliendo del suelo.
Según la concejal de Playas, Silvia Egea, las obras "se han retrasado entre las lluvias, las modificaciones en las tuberías de pluviales, la Covid y la demora en el envío de material". Asegura que "las de La Puntica van algo más adelantadas, que Villananitos", pero ambos siguen impracticables, de manera que el Ayuntamiento ha abierto cuatro accesos con vallas de obra para que los bañistas puedan acceder a la zona de arena, más apetecible en La Puntica.
En la orilla de La Mota, los operarios han retirado la capa verdosa de biomasa que va formando la ova al emerger a la superficie, igual que ha ocurrido en otros puntos de la costa como La Ribera y Los Alcázares.
En todas las orillas se llevó a cabo la recuperación de arenas de la primera franja de mar. El procedimiento ha contado con la autorización de la Comunidad Autónoma y el seguimiento de un equipo de biólogos. Con una barrera antiturbidez, la pala recoge las arenas sumergidas en los primeros metros por los arrastres y las escorrentías de lluvia.
Las amontonan en las playas para que se sequen y, después se esparcen por toda la superficie, aunque en Semana Santa solo estuvieron extendidas en Los Alcázares.
En medio de la playa de La Ribera, el balneario Los Arcos en ruinas, cada vez más derruido.
BALNEARIOS EN RUINAS
Tampoco han pasado desapercibidos los balnearios en ruinas de la orila de Santiago de la Ribera. Sobre la superficie del Mar Menor se puede ver el cadáver desplomado del balneario Los Arcos.
Junto al balneario de Los Arcos, que fue construido en los años sesenta cuando la familia Viudes levantó el antiguo hotel en primera línea, se puede ver el otro pantalán -construido por la misma familia-, que ha perdido también el pasillo que lo une a tierra. Solo los pilares de sujeción emergen en la superficie.
El Ayuntamiento de San Javier ya ha transmitido a Costas su intención de solicitar la titularidad de estos dos balnearios, más el del Atalayón, que acoge la escuela de vela Socaire, que también precisa reparaciones tras las DANA. En un principio pensó en hacerse cargo también del embarcadero del Miramar, aunque Costas asegura que la Comunidad Autónoma ha solicitado ya su adscripción para regularizarlo como servicio regular de pasajeros, pues en su muelle atraca el ferry que conecta La Ribera con La Manga.
Costas ha confirmado que "se tramitarán todas las solicitudes que el Ayuntamiento presente para el expediente administrativo de concesión, de la misma forma que se hizo con los balnearios que la Comunidad Autónoma está construyendo en Cartagena para su cesión al Ayuntamiento, que es quien tiene que asumir las tareas de mantenimiento".
En el caso de los pantalanes de La Ribera, Costas precisa que "el Ayuntamiento no se ha hecho cargo del mantenimiento de estas instalaciones durante los últimos años, por lo que valoramos positivamente que hayan optado por regularizarlas y comprometerse con ellas".
El caso de la escuela de vela Los Arcos, la resolución no está tan clara, ya que el Ayuntamiento tendrá que competir con un inversor privado, que ya ha presentado su proyecto a Costas. La elección dependerá de "si queda justificado adecuadamente el interés público del otorgamiento de la concesión al Ayuntamiento en detrimento del competidor privado, lo que podría valorar su prevalencia a la hora de resolver ambas solicitudes".
La iniciativa privada incluye la continuidad de la escuela de vela, que ha funcionado en ese balneario durante 25 años hasta la destrucción de la estructura de madera, y una vertiente de educación ambiental. La inversión inicial ascendía a 120.000 euros, aunque "después de los daños de la DANA es mucho más, por encima de los 200.000 euros", señala el promotor, José Manuel Meroño, presidente de la asociación sin ánimo de lucro Club de Vela Los Arcos.
