El Ayuntamiento de La Unión compra La Maquinista de Levante para convertirla en espacio cultural

Comarca Mar Menor
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La Maquinista de Levante, antiguo complejo de naves industriales al pie de la Sierra Minera, es ya propiedad de los unionenses. El Ayuntamiento de La Unión ha comprado este recinto que albergó un taller de fundición, calderería y fábrica de maquinaria pesada para la minería, para convertirlo en un espacio cultural y social. 

El Ayuntamiento de La Unión ha adquirido el recinto de La Maquinista de Levante, un antiguo complejo de naves industriales y espacios al aire libre, situados junto a las vías del tren y al pie de la Sierra Minera, que albergaba talleres de fundición y fábricas de maquinaria pesada, calderería y motores que distribuían suministros a las compañías mineras de La Unión, Cartagena y Mazarrón

Tras un largo periodo de años de bloqueo para la adquisición de estas dependencias, el actual Equipo de gobierno ha culminado una operación de compra mediante la que esta antigua factoría pasará a ser propiedad de todos los habitantes del municipio de La Unión

La voluntad del actual Equipo de Gobierno es que estas emblemáticas instalaciones, que ocupan más de 20.000 metros cuadrados en varias naves industriales y espacios al aire libre, puedan formar parte del conjunto de espacios públicos municipales como un centro multidisciplinar para usos culturales, educativos y sociales

El alcalde de La Unión, Pedro López Milán, tras la firma de la compra a la inmobiliaria Solvia, ha señalado que este es "un día histórico para La Unión ya que el Ayuntamiento devuelve al pueblo un emplazamiento histórico, un lugar cargado de historia y simbolismo, que en su día generó trabajo y porvenir a nuestro municipio y que a partir de hoy podrán disfrutar los ciudadanos y ciudadanas de La Unión". 

La Maquinista de Levante fue fundada originariamente como Fundición Santamarina en febrero de 1890 por el empresario minero Bernardo Pérez-Santamarina. El industrial asturiano había pedido un préstamo de 70.000 pesetas para crearla a Miguel Zapata 'El Tío Lobo' y otro de 25.000 pesetas a Pío Wandosell para construir este taller de maquinaria, sierra mecánica y fundición de hierro colado y cobre en los terrenos donde había estado situada la fundición de minerales San Luis. 

El negocio marchó como esperaba y el empresario aumentó considerablemente su patrimonio con trabajos como la construcción de la Sociedad anónima de desagüe San José o la potente bomba de extracción que en 1893 se instaló en el pozo San Antonio de la mina El Cielo, situada en el Llano de Campoy. Sin embargo, otros negocios no le fueron bien y, en junio de 1893, se vio obligado a venderle la Fundición Santamarina a su sobrino Nicasio Pérez-Santamarina con la condición de que si en 15 días le devolvía la cantidad pagada, la venta quedaría anulada, pero Bernardo no pudo hacer frente al pago y la fundición quedó en manos del sobrino, un comerciante sin conocimientos para gestionarla, por lo que la vendió a Miguel Zapata Sáez. El Tío Lobo puso una demanda judicial contra Bernardo por el dinero prestado y el juez terminó por adjudicarle la propiedad. Años después la reformó y le puso el nombre de La Maquinista de Levante. 

El empresario de El Mirador (San Javier), que patentó varias marcas de maquinaria industrial, se convirtió en referente de la distribución a compañías mineras de todo el país y llegó a emplear a más de 300 vecinos de La Unión durante largos periodos de actividad productiva. 

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