"La falta de movilización social permitió que La Manga se masificara"

La Manga
Fuente

"La movilización social determinó que El Saler no se masificara y La Manga sí". Es la conclusión de los docentes de la Universidad Politécnica de Cartagena, Ricardo Cárceles y José María López, aboradron en una ponencia la desigual evolución de dos espacios litorales, El Saler en Valencia y La Manga del Mar Menor, cuyos proyectos de urbanización fueron coetáneos en los años sesenta.

 

La ponencia tuvo lugar durante la jornada 'Territorio turismo:reflexiones y estudios recientes en el Levante español', en el que participaron investigadores de las politécnicas de Cartagena, Madrid y Valencia y de las universidades de Alicante y Granada.

“Las condiciones geográficas eran muy similares, tierras casi vírgenes rodeadas del Mediterráneo y de lagunas litorales, pero la mentalidad fue muy diferente”, señala Cárceles. “La ciudadanía de Valencia consideraba suyo El Saler y se movilizó en defensa del pinar del monte de la Dehesa, de cuya degradación advirtió el propio Félix Rodríguez de la Fuente”, añade.

“La conciencia que se tenía sobre La Manga era muy distinta, se consideraba un lugar que nunca había servido para nada”, indica López. “Que fuera de propiedad privada también resultó decisivo, porque en El Saler los terrenos eran públicos”, puntualiza el investigador de la Politécnica de Cartagena.

El litoral cartagenero ha sido objeto de otra ponencia, en este caso de la doctora por la Politécnica de Madrid Raquel Rodríguez. “Cartagena es un caso único por la complejidad de usos de su costa, desde funciones defensivas a industriales, portuarias y turísticas”, resalta.

La jornada ha servido para presentar en la UPCT el proyecto de investigación ‘Estrategias para la regeneración sostenible de asentamientos turísticos en la costa mediterránea (ERAM)’ e inaugurar la exposición asociada ‘Orilla marítima territorio litoral’. “Muchos edificios y asentamientos costeros, urbanizados desde el primer tercio del siglo XX, han quedado obsoletos y degradados, siendo en algunos casos impedimento para el turismo porque estropean el paisaje”, ha explicado el director de la Escuela de Arquiectura de Valencia, Vicente Mas.

Acondicionar las edificaciones para que cuenten con infraestructuras básicas, como ascensor o aislamiento térmico, y proveer de servicios públicos que posibiliten el uso como primera residencia de estas viviendas son algunas de las recomendaciones que recoge esta extensa investigación, que parte de que “el derribo es impensable, no es sostenible”.


“El turismo, como principal motor de la economía nacional, ha marcado la explotación de los recursos medioambientales y paisajísticos. El estudio de este fenómeno, desde diversas perspectivas y disciplinas, es clave para adecuar las estrategias de futuro a las propiedades de los distintos ámbitos, especialmente ante el reto de acometer su regeneración, recuperación y reutilización sostenible, preservando el valor ambiental que originó el fenómeno turístico”, han remarcado por su parte los directores de la jornada, Fernando García Martín y Vincenzina La Spina.

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