La Manga se prepara para el despegue del turismo nupcial con la legalización de las bodas en la playa

La Manga
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Casarse en la playa de La Manga al atardecer ya no será una aventura expuesta a una multa económica. La legalización de las ceremonias en la arena permitirá a las parejas contraer matrimonio con el fondo idílico del 'sunset' en el Mar Menor sin que un policía municipal levante acta de la infracción, como sucedía hasta ahora. El amparo legal despliega la alfombra al turismo de bodas, que crea cada año en La Manga 2.428 empleos.

El Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con la Demarcación de Costas del Estado para que la administración local gestione las autorizaciones de solicitudes de eventos en la playa, aunque será la delegación del Ministerio de Medio Ambiente en la Región la que dé en visto bueno.

Ante la demanda de los empresarios y las expectativas de negocio de un sector que, a pesar de sus problemas legales, registra un impacto económico de más de 3 millones de euros -y solo en los 10 kilómetros que separan las playas del Pedruchillo y Veneciola-, el Ayuntamiento de San Javier se propuso buscar una cobertura legal a la celebración de ceremonias en la playa, que son el gancho real de las 150 bodas que se organizan cada año entre los dos mares. Solo en 2015, más de 150.000 invitados desfilaron por la Gran Vía de La Manga con galas nupciales.

"Tras más de tres años de tramitaciones, hemos declarado la celebración de bodas de Interés Turístico Local", explicó el concejal de Turismo, Antonio Martínez. San Javier será el primer municipio de la Región, y uno de los pocos de la costa española -La Manga recibía a parejas que les negaban el ritual playero en Alicante-, en autorizar estos eventos en el DPMT.

El Consistorio se ocupará de recibir las solicitudes de autorización de los hosteleros y las trasladará a Costas para que dé su visto bueno. "El Ayuntamiento es responsable subsidiario. Tan seguros estamos de que es una actividad segura, sostenible y positiva para la desestacionalización turística de la zona", señala el alcalde, José Miguel Luengo. "Cualquier pareja que haya tramitado un expediente de matrimonio civil en el Ayuntamiento de San Javier podrá casarse en la playa y por el mismo precio", aseguró el edil.

El estudio económico del subsector le atribuye en 2015 la creación anual de 400 empleos directos -sobre todo camareros y cocineros- y 2.028 indirectos en taxistas, floristas, fotógrafos, peluqueros, animadores infantiles y servicios de barco. Se une la alta ocupación en los hoteles del entorno, ya que el 90% de los invitados pernocta una media de dos días o más si vienen de otros continentes. Solo en 2015, las bodas generaron 27.397 pernoctaciones de hotel en La Manga. Si el 72% de los asistentes proceden de regiones españolas, el 22% llega de países europeos y el 6% de orígenes más lejanos. Y el filón no ha tocado techo. Con el espaldarazo legal, La Manga se prepara para vivir un nuevo auge de las bodas, que podrá generar nuevos yacimientos de negocio en una zona que languidece cuando se marchan los bañistas.

Quien quiera contraer nupcias en una playa murciana solo podrá hacerlo, de momento, en las de La Ribera o La Manga, ya que el resto de los ayuntamientos costeros aún no han realizado los trámites para abrir el camino a sus hosteleros en el negocio de las bodas.

FOTO: Una boda celebrada en La Manga con todos los adornos para la ceremonia. J.Espinosa.

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