Las tomateras que crecen en el recinto de la depuradora de Los Alcázares son el símbolo de la función ecológica de esta planta de última generación. Quedó atrás el tiempo en que la EDAR no era más que un foco contaminante del Mar Menor, con vertidos de aguas negras debido al viejo sistema de lagunaje. La planta aprovecha ya hasta la última gota y la convierte en agua de riego.
El avanzado sistema que emplea la depuradora, de tratamiento terciario con sistema de rayos infrarrojos, ha convertido el viejo problema de las aguas residuales en una ventaja: la de garantizar a los regantes el caudal necesario para sus cultivos e invernaderos. De hecho ya han comenzado las obras que permitirán aumentar la capacidad de almacenar agua útil en una balsa de más de 7.000 metros cúbicos, junto a la actual laguna de recepción, e impulsar el caudal de la depuradora hasta la superficie regable de la cota 120. La Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena hará frente al proyecto con la subvención de 1,7 millones de euros procedentes de fondos europeos, a través de la Consejería de Agricultura, para aprovechar el excedente de agua depurada, que también se destina a mantener del campo de golf municipal La Serena y los jardines públicos. "Es una gran ventaja contar con una planta capaz de generar agua de uso agrícola y dejar atrás el problema de los vertidos", destaca el concejal de Agricultura, Francisco Montesinos. La Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena, con una superficie de más de 40.000 hectáreas y modernas instalaciones de riego, añadirá por tanto a su suministro hídrico -procedente del trasvase Tajo-Segura y de otras depuradoras- dos hectómetros cúbicos más al año, lo que contribuirá además a evitar que se reduzcan los acuíferos. Los campos de la Comunidad de Regantes de Los Alcázares no están protegidos con agua del Trasvase, con lo que la aportación de la depuradora garantiza una parte del riego. Los trabajadores de la planta han creado incluso un huerto ecológico que permite mostrar a las visitas escolares el aprovechamiento hídrico que se aplica en la Región.
"Ya no va ni un litro de agua al Mar Menor, que es una zona sensible y de vertido cero", explica el ingeniero de la estación depuradora Julián Escudero. Inaugurada en 2008, aprovecha también los fangos resultantes del filtrado para producir abono agrícola. El avanzado sistema de depuración incluye una limpieza ecológica: "millones de microorganismos -protozoos, amebas y bacterias- se alimentan de los desechos que contaminarían el medio ambiente, mientras que a ellos les permite crecer y generar una masa microbiana mayor que deja el agua limpia", explica el ingeniero. En la EDAR no tienen más que "imitar el proceso de la naturaleza, moviendo el agua con una hélices para que los bichos tengan oxígeno", señala Escudero. Tras la bio-limpieza, aún quedan dos fases más de depurado, el tratamiento terciario y la desinfección con rayos ultravioletas. "Se eliminan fósforos y nitratos porque al estar junto al Mar Menor, una zona sensible, tenemos unas limitaciones mucho más restrictivas, a pesar de que no va a parar ni una gota a la laguna", precisa el ingeniero. Eliminados los vertidos de aguas urbanas, ya que la depuradora recibe y trata también los caudales de lluvia a través de un tanque de tormentas de 15.000 metros cúbicos que impide que se colapse el alcantarillado, la única espita abierta a la contaminación de la laguna discurre no lejos de la moderna planta. El canal superficial de drenaje que recoge el caudal que pasa por los cultivos del campo de Cartagena y del nivel freático circula en dirección al Mar Menor cargada de residuos químicos que fomentan cada día el desequilibrio de la laguna y la base alimenticia de las medusas.
La crisis disminuye el caudal que llega a la depuradora
La planta depuradora de Los Alcázares se ha rebelado como un indicador económico de primer orden. Un dato sintomático de la crisis y del descenso de la actividad económica es la disminución del caudal que llega por la red de tuberías para ser tratada en la moderna planta. En los años 2008 y 2009 recibíamos unos 4.500 metros cúbicos al día en temporada baja, mientras que ahora no pasan de los 3.800 ó 4.000 metros cúbicos diarios", explica el ingeniero. Escudero asegura que "durante el verano es más constante, con entre 10.000 y 11.000 metros cúbicos diarios en agosto, aunque julio sigue siendo muy variable".
