El acusado de homicidio en la disco de Los Alcázares dice que los marroquíes les apedrearon

Los Alcázares
Fuente

Fue hace dos veranos en la puerta de una discoteca en el polígono industrial de Los Alcázares. Una larga madrugada de drogas y alcohol terminó en un baño de sangre a golpe de hoz. Como resultado, un marroquí fallecido y dos heridos, un joven gitano de 20 años, Juan U., operado de una perforación en el pulmón y una bisección aórtica, y su tío, al que le alcanzó una pedrada en la cabeza. Ayer comenzó el juicio, en el que el joven acusado asegura que un grupo de marroquíes les atacó.

La tragedia se había fraguado apenas un rato antes, cuando la discoteca había echado el cierre a las 5 de la madrugada y el personal del local se había marchado unos veinte minutos después. En la soledad del polígono industrial, a la hora en que despunta la primera luz sobre los cierres metálicos, un empleado de un taller cercano vio de lejos una trifulca entre tres hombres, acompañados de dos mujeres, junto a dos coches. "Levantaban la voz y se iban poniendo agresivos", cuenta el obrero, que divisó la escena al final de la calle.

Eran las seis de la mañana, la hora de entrada al trabajo cada viernes en el taller, y no había pasado más que 25 minutos cuando sonó en el Centro Operativo de Emergencias Municipales (Cecopal) una llamada de auxilio, breve pero alarmante: "Hay dos heridos, uno sangra mucho, le han apuñalado con una hoz". Era el joven de etnia gitana de 20 años, que se desangraba en el suelo de la calle Isaac Peral del polígono industrial. Sin poder hablar, con los ojos vidriosos y la mirada perdida lo encontraron los agentes de la Policía Local de Los Alcázares. Cerca de él, apoyado en la pared de la discoteca, trataba de reaccionar su tío José Antonio, con el ojo derecho completamente cerrado e inflamado, el rostro lleno de golpes y un intenso dolor en la cara de la paliza que había recibido de sus agresores.

"No nos peleamos con nadie, nos cayó una lluvia de piedras y de botellas", ha declarado el joven gitano acusado del delito de homicidio por clavar en varias ocasiones una hoz de siega a otro individuo hasta causarle la muerte.

En la primera sesión del juicio, que se celebra con jurado popular en la sección número 5 de la Audiencia Provincial de Cartagena, que su tío y él salieron de la disctoeca y, una vez dentro del coche, recibieron "una lluvia de piedras".

El joven ha declarado que al no poder arrancar el coche, su tío salió fuera y recibió el impacto de una piedra que lo dejó inconsciente en el suelo. "Me quedé solo y me 'cagué' de miedo, quise escapar y me pincharon por detrás", ha declarado el acusado.

En ningún momento el acusado ha reconocido ser el autor de los hechos que se le imputan y por los que el Fiscal pide 15 años de cárcel y una indemnización de 120.000 euros para el padre de la víctima.

El acusado ha declarado además que "al salir del coche sentí un pinchazo y no recuerdo nada más". Sí ha reconocido que en la discoteca habían "tomado varias copas y habían consumido cocaína".

El joven asegura que desconoce la procedencia de la hoz de siega y el bastón de madera con flecos con los que se cometieron los delitos. "No lo recuerdo", ha aformado cuando le han mostrado la hoz con la que se golpeó a la víctima de origen magrebí.

El joven ha recordado que "estuve en la UCI y tengo que ir al médico con frecuencia", ya que se llevó uno de los tajos de la hoz, que le llevó al pulmón. "Nosotros no teníamos ninguna intención de atentar contra ellos", ha afirmado el acusado. 

La Defensa pide la absolución del joven gitano y sostiene que desde que ocurrieron los hechos, el acusado no ha estado el prisión, además de que el juez le tomó declaración cuando estaba en la UCI e interpretó -sostiene la Defensa- que no tenía intención de acabar con la vida de esa persona y actuó en legítima defensa".

En la madrugada de los hechos, el cuerpo del marroquí fallecido ya no se encontraba en el lugar de la disputa cuando llegaron los agentes, porque los amigos lo habían subido a un vehículo con dirección a Los Arcos en un último intento de salvarle la vida. Nada pudieron hacer por él, ya que falleció poco después en el centro hospitalario. La herida que recibió con una hoz de siega lo sentenció a muerte.

De ajuste de cuentas a calentón

De la primera impresión policial, que apuntaba a un ajuste de cuentas, se empezó después a barajar el supuesto de que todo había sido desencadenado por un enfrentamiento puntual, que tuvo su origen esa misma mañana en la puerta de la discoteca. Un calentón entre los gitanos y los marroquíes que acabó de la manera más trágica. 

El juicio prosigue esta semana con la declaración de testigos, ya que una joven ya declaró a la Policía que había presenciado los hechos y que vio a un grupo de marroquíes en actitud insolente, "metiéndose rayas de cocaína en el capó del coche de los gitanos".

 

 

28,10,0,50,1
600,600,60,0,3000,5000,25,800
90,150,1,50,12,30,50,1,70,12,1,50,1,0,1,2000
Powered By Creative Image Slider
leer más
leer más
leer más
leer más
leer más