La piedra que los separó es la que hoy se convierte en símbolo de unión. Esta mañana -martes, 13 de octubre- se ha colocado junto al monolito de la Independencia, en el paseo Carrión, el hito que marcó durante décadas la frontera entre San Javier y Torre Pacheco en el punto más cercano al mar. "Nos recordará el coraje de los alcazareños para unirse en un solo municipio", asegura el alcalde, Mario Pérez Cervera.
"Todo empezó en ese punto", asegura el cronista oficial, Antonio Zapata. La población comenzó a formarse en torno a los aljibes que allí se encontraban, y que en realidad eran un extremo del cordel de la Mesta, una especie de cañada pequeña donde los pestores llevaban a abrevar el ganado. Se hablaba en otros tiempos de los afloramientos de agua dulce que manaban del acuífero. "En algunos escritos se recoge que los aljibes de Los Alcázares no se agotaban nunca", señala el historiador. "Por algo se levantó allí la villa romana", afirma Zapata.
Con la segregación de los municipios de Torre Pacheco y San Javier en el siglo XIX, se establece en este punto uno de los hitos divisorios, aunque la línea fronteriza nunca quedó del todo clara. "Era una especie de línea diagonal, no perpendicular a la costa", señala Zapata. El caso es que esa frontera sinuosa le vino de perlas al conde de Roche, quien instaló la primera feria de Los Alcázares frente a la costa, en el tramo cercano al hotel La Encarnación.
El Ayuntamiento de San Javier quiso cobrarle elevados tributos, por lo que el noble cambió la feria dos calles más arriba, en lo que debió ser territorio pachequero. "Era una especie de limbo que favoreció los planes del conde, ya que él y los feriantes le ganaron todos los pleitos al Ayuntamiento de San Javier", cuenta el cronista. Hay noticias en la prensa de la época sobre el puslo judicial durante 6 años hasta 1887.
La piedra que señalaba visualmente la frontera, con una flecha grabada en la superficie, se puede ver ya en la urna que el Ayuntamiento de Los Alcázares ha colocado en el paseo Carrión como recuerdo del empeño de los vecinos por unirse al margen de rocas y decisiones administrativas. Este rescate histórico se ha convertido en uno de los escasos actos de la conmemoración de la independencia municipal en su 37 aniversario.
El Equipo de Gobierno, junto al diputado regional Manuel Sevilla, con el alcalde (tercero por la derecha) junto al monolito conmemorativo.
La piedra que marcó la línea fronteriza entre San Javier y Torre Pacheco, expuesta en el paseo Carrión.
