Aún falta la decisión final, pero San Javier gana puntos en la elección para convertirse en la sede del museo volante de los aviones históricos de la Fundación Infante de Orleans. La candidatura de la ciudad madrileña de Getafe aún sigue en liza y con apoyos de peso como el patrocinio de la compañía Airbus, aunque al presidente de la FIO, Carlos Valle, le parece la opción de San Javier "mejor a años luz", ya que solo tendrían que adecuar el edificio de la terminal del aeropuerto, que se quedará vacío a final de año.
"En San Javier es todo positivo, pero es el Patronato de la Fundación el que decide", asegura el presidente. La instalación de este museo volante, cuya colección está en vías de declararse Patrimonio Histórico Español, no solo supondría el regreso de aeronaves como el Policarpov, la Bücker alemana, el Dornier o el Dragon Rapide al cielo del Mar Menor, sino tal vez el último recurso del aeropuerto de San Javier.
Ante el traslado de los vuelos comerciales a Corvera, previsto a finales de este año, el Ejército del Aire ya ha manifestado su intención de demoler la terminal de San Javier y el resto de sus instalaciones si no se les asigna un uso adecuado a la compatibilidad de los entrenamientos aéreos militares, según coinciden diversas fuentes consultadas. El museo de la FIO se presenta como la respuesta esperada, por el valor añadido que aportaría a la Academia General del Aire y a la oferta turística de San Javier. Además, se le uniría el archivo de la Fundación Juan de la Cierva para mayor riqueza de los fondos históricos militares.
Por el contrario, una respuesta negativa dibuja en el futuro próximo una pala de derribo de las millonarias inversiones de Aena en el Mar Menor, que causaría un impacto adverso difícil de calcular en las expectativas económicas del entorno y más complicado aún de justificar ante la opinión pública de la zona, que siempre se mantuvo contraria al cierre del aeropuerto público de San Javier para ser sustituido por otro privado a 30 kilómetros de distancia.
Será la Comunidad Autónoma la que tendrá que poner sobre la mesa la financiación suficiente para que la FIO realice las obras necesarias en la terminal de San Javier para adaptarlo como museo, en un proyecto aún por cuantificar. "El Patronato me pide que concretemos los detalles y la cuantía antes de tomar su decisión definitiva a final de julio", señala el presidente Valle. El Ayuntamiento de San Javier se inhibe en el asunto económico: "¿Qué pondremos? Buena cara. Hay que recordar que nos cierran el aeropuerto", afirmó el alcalde, José Miguel Luengo, quien sí está dispuesto a convertir San Javier en "capital de la cultura aeronáutica".
Ya ha creado una comisión de trabajo con un historiador, representantes militares y expertos en urbanismo y marketing para diseñar la ornamentación urbana, con aviones en lugares relevantes como la explanada Barnuevo de La Ribera con una zona lúdica, la señaléctica, un museo aeronáutico, un programa de visitas a la AGA, una sala dedicada al general sanjaviereño Francisco Javier Bautista, quien fue piloto de caza y ataque y del Hércules C130 con el que participó en la evacuación del Sáhara.
Luego quiere unir "la oferta turística y cultural con la aeronáutica por medio de la incorporación de los establecimientos de hostelería, donde los clientes podrán encontrar platos temáticos, o las representaciones de teatro aéreo de la compañía Puja para darle un impulso de ilusión a San Javier con lo que ya forma parte de nuestra historia".
Aún falta sin embargo la decisión final, aunque San Javier convence al fundador de la FIO con creces, por delante de la opción de Getafe.
La terminal de San Javier lo tiene todo a favor como nueva sede física: un amplio edificio de 12.000 metros cuadrados casi diáfano para redistribuir según las nuevas necesidades, un aparcamiento público, instalaciones de seguridad y bomberos, almacenamiento de combustible y torre de control militar. El presidente de la FIO ya la ha visitado con su asesor Carlos Lamela, una de las firmas más reconocidas de la arquitectura española, autor del diseño de las terminales T4 y T4S del aeropuerto de Barajas, entre otras grandes construcciones. "La adaptación sería sencilla y no costosa, aunque evaluar el coste está en manos de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento de San Javier", señala Valle.
Para terminar de convencer a la Fundación, Valle asegura que la Comunidad Autónoma se ha comprometido también a cubrir los gastos mensuales de mantenimiento y conservación de las instalaciones, y no solo eso, sino también a costear el déficit de explotación que previsiblemente se producirá con la puesta en marcha del museo.
Esa garantía económica puede ascender a unos 750.000 euros anuales, un 50% más que los gastos operativos de la entidad, dado el aumento previsto durante su estancia en San Javier. La FIO se financia con una serie de grandes patrocinadores y los recursos propios de las cuotas de donantes, la taquilla de las exhibiciones y el merchandising.
Por otro lado, continúa sobre la mesa la candidatura de Getafe, cuyo ayuntamiento ha aportado ayuda financiera a la FIO en desde 2005 hasta hace dos años, cuando la compañía Airbus tomó el relevo con un proyecto de gran magnitud para incorporar la colección histórica a la ciudad madrileña donde se concentra la industria aeronáutica española. Valle reconoce que con la crisis el proyecto se desinfló aunque aún no han tirado la toalla.
FOTO: Una avioneta Bücker avanza por la pista de San Javier, con los C101 de la Patrulla Águila de fondo, en la exposición de aeronaves que se celebró el pasado junio para conmemorar el 75 aniversario de la AGA.
