La novillada con picadores organizada ayer, domingo, en la explanada de Santiago de la Ribera, tuvo su grito de protesta. Más de 200 personas se agruparon frente a la plaza portátil para denunciar que "tortura no es cultura". Mientras tanto, 1.800 personas ovacionaban a los tres novilleros, sobre todo al de San Javier, Ramón Serrano.
Dos miradas sobre los toros se encontraron ayer cara a cara. Los aficionados, que llenaron la plaza portátil, con entradas a 18 euros, y los antitaurinos, en una manifestación organizada por un grupo de jóvenes de San Javier, que lograron reunir a más de 200 personas. Ya día antes, la oposición al sacrificio de los animales en forma de espectáculo, pareció en forma de pintadas en la plaza: 'asesinos' y 'torturadores' llamaban a los organizadores. No se libraron los dos nombres que más han destacado alrededor de la novillada: 'Luengo asesino' y 'Ramón Serrano asesino', pintaron de forma anónima en la plaza contra el alcalde, por respaldar al novillero local en la presentación de la corrida, y contra el propio novillero.
Los picadores, a la espera de entrar en la plaza portátil antes de la novillada.
Una amplia presencia de la Guardia Civil rodeó la plaza y acotó el espacio de la protesta antitaurina en un 'corralito' con cordón policial a varios metros de la plaza. Los jóvenes gritaron para dejarse oír en la plaza: "Nosotros sí que amamos a los toros', 'Tortura no es cultura', 'Aquí estamos, nosotros no matamos' y otros lemas contra la ejecución pública de los animales llegaron a los oídos del público taurino, que desde lo alto de la plaza hacía gestos de desprecio hacia los manifestantes. No hubo altercados.
Entre el público que llenó la plaza, se encontraban el consejero de Fomento, Pedro Rivera, quien expresó su apoyo a la fiesta taurina, y varios concejales del PP de San Javier.
Los antitaurinos leyeron un manifiesto contra la muerte animal convertida en fiesta, a la que asistieron menores de edad. Están convencidos de que "la fiesta de los toros se va acabando porque se les acaba el público y, en cambio, aumentan los críticos y los opositores". Los aficionados, en cambio, quieren organizar cada año por San Blas una nueva novillada "ahora más motivados que nunca". Creen que la fiesta de los toros "tiene futuro porque hay niños y jóvenes muy seguidores".
Jóvenes de San Javier, miembros del Grupo Animalista de la Región de Murcia e incluso un grupo de extranjeros se unieron a la protesta por el sacrificio animal.
Lemas contra la tradición taurina, que ha vuelto a San Javier después de 20 años.
