Las obras del tanque de tormentas ya han desatado su chaparrón particular antes de empezar. Vecinos y comerciantes han convocado dos manifestacionesuna el próximo miércoles, 8 de abril, a las 18 horas en la explanada de los Reyes Católicos, y otra el viernes, 10 de abril, a las 12 de la mañana en la puerta del Consistorio.
Ya han colocado carteles en los comercios, en los que anuncian su oposición a la ubicación del tanque de tormentas en la explanada de Lo Pagán, que incluye una red de tuberías en las calles aledañas, que son precisamente las más céntricas de la localidad turística: un tramo de las avenida del Generalísimo y de Salzillo, la calle Campoamor y una parte de la calle Cartagena, aproximadamente hasta la mitad de la fachada costera de Villananitos. Creen que al construir el depósito de aguas de lluvia bajo una parte de la explanada "hipotecan ese sitio para cualquier proyecto futuro, como el aparcamiento subterráneo que podría hacerse", señala el presidente de la Asociación de Comerciantes, José Antonio Albaladejo.
Su mayor oposición se dirige a la fecha anunciada de realización de las obras de este proyecto: a partir del 13 de abril. No quieren oír hablar de zanjas abiertas y maquinaria circulando por Lo Pagán precisamente en el inicio de la temporada turística, cuando numerosos visitantes extranjeros acuden a las terrazas sobre todo los fines de semana. "Hay miedo entre los comerciantes, porque ahora empieza a haber ambiente y puede ser un drama económico para las empresas", advierte Albaladejo.
El proyecto, promovido por la Comunidad Autónoma con 2,3 millones de fondos europeos, tiene como objetivo evitar la llegada de las aguas de lluvia, que arrastran la suciedad de las calles, hasta el Mar Menor. La red de tuberías recogería el caudal para dirigirlo al tanque de tormentas, desde donde se bombearía a la depuradora para reconvertirse en agua útil para riego. Si bien los comerciantes reconocen los beneficios de la obra, no quieren arriesgar su mejor temporada de caja después de un invierno que ha vuelto a congelar las cuentas. El problema reside en que el proyecto tiene un plazo de ejecución de 10 meses y tiene que estar terminado en diciembre. El Ayuntamiento garantiza que los dos meses de verano se pararán las obras para continuar en septiembre, pero a los comerciantes no les basta.
