La falta de ayudas empuja a los pescadores a calar de nuevo las redes en el Mar Menor

San Pedro del Pinatar
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La subasta de pescado del Mar Menor volvió a abrir el pasado martes en la lonja de Lo Pagán. Apenas 450 kilos-entre doradas y lubinas- llegaron al muelle para su comercialización. Los pescadores decidieron esta semana calar de nuevo las redes, empujados por la falta de ayudas económicas para superar el parón impuesto por el estado crítico de la laguna. 

Cuando se cumplía justo un mes del episodio de los peces muertos, los pescadores comenzaron a faenar de nuevo, aunque no todos. Apenas seis barcos salieron el primer día, pero algunos más preparaban la documentación y los artes de pesca para volver a la mar sin que se cumpla la veda que acordaron al principio (hasta enero). 

La fórmula empleada por el Servicio de Pesca de la Comunidad Autónoma para distribuir los 400.000 euros e indemnizaciones -cofinanciados con el Estado- ha impactado contra la unidad del sector para defender una veda biológica que permita la recuperación del ecosistema. También ha fracturado por completo la unidad de los pescadores, ya que el reparto concebido por la Comunidad atribuye a algunos armadores el derecho a percibir ayudas de hasta 34.000 euros, mientras a otros los deja a 'cero'. 

Se quedan sin ayudas económicas 26 de las 65 embarcaciones de la flota pesquera del Mar Menor, las que según la Comunidad han declarado más ventas a lo largo del año, aunque los afectados alegan que se ha subvencionado a barcos parados o a medio gas, y denuncian que se beneficia a los pescadores que han vendido sin factura parte de su mercancía.

Las primeras doradas que llegaron a la subasta el pasado martes, un mes después de la crisis de los peces muertos. 

El reparto de ayudas resquebraja la unidad

Los que se quedan sin ayuda económica, o solo tienen derecho a pequeñas cantidades, se han reunido para acudir a un abogado que les tramite un recurso judicial contra el reparto de los fondos. Tampoco funcionó sin embargo el 'reparto solidario' propuesto por la Cofradía de Pescadores. En una votación celebrada a viva voz, durante una asamblea tensa, los pescadores no lo apoyaron, lo que precipitó la dimisión del patrón mayor, Jesús Gómez. 

"Siempre he abogado por la hermandad y el espíritu de equipo para defender los derechos de los pescadores frente a una administración, que lo que ha aplicado para estimar las indemnizaciones es la ley de catástrofes naturales, porque según ellos no tienen responsabilidad alguna en el desastre del Mar Menor", ha explicado Gómez, quien acusa a la Consejertaliay esperan una ansiada normalidad. e "el problema va a estar en las pescader sobre todo en Italia. Partidario de resistir la veda para "darle tiempo para la recuperación tanto del ecosistema como de los mercados", Gómez advirtió a los pescadores que "en cuanto salgan a pescar, los políticos van a aprovechar para demostrar una normalidad que no existe". "Ha sido un plan orquestado desde la Consejería para empujar a los pescadores de nuevo a la mar, justificar que está en perfectas condiciones, y dividir al sector", denuncia Gómez, quien augura "un invierno duro para los pescadores". 

La Cofradía convocará en los próximos días elecciones para elegir al nuevo patrón mayor, cuya responsabilidad ha recaído de momento en Andrés Escarabajal.

A la espera de la respuesta del mercado

La primera pregunta que se hacen los pescadores es si habrá peces suficientes para darles de comer en los próximos meses, después de la mortandad de hace un mes y del éxodo de especies al Mediterráneo en busca de oxígeno. "Si el agua no está en condiciones, el ciclo del pez se puede romper, es lo que tememos, pero hasta primavera no sabremos si quedan suficientes alevines", cuenta Manuel Martínez, quien asegura que "con la sonda se ve que el pescado se ha ido a los contornos del Mar Menor porque en el centro no hay luz y los fondos están muertos". Para algunos, los caladeros se han quedado vacíos y no descartan salir a pescar al Mediterráneo. Para otros, el pescado que queda se ha parado tras tantos días de viento y esperan una ansiada estabilidad.

La otra incógnita está en la reacción de los mercados tras la dura campaña sobre el Mar Menor de las últimas semanas. Ayer acudieron a la subasta algunos de los compradores habituales, aunque apenas se llevaron unos kilos de doradas y lubinas, eso sí, bien pagadas. Las lubinas se cotizaron entre 11 y 20 euros por kilo, mientras que la dorada osciló entre los 5 y los 15 euros, aunque el calibre general fue más bien mediano. Para Juan Mariche, uno de los intermediarios habituales, "los mercados ya demandaban pescado del Mar Menor, sobre todo en Italia, Grecia, Francia y los Emiratos Árabes, donde no ha llegado la mala publicidad", aunque reconoce que "el problema va a estar en las pescaderías y los restaurantes de la Región".

28,10,0,50,1
600,600,60,0,3000,5000,25,800
90,150,1,50,12,30,50,1,70,12,1,50,1,0,1,2000
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