Se llama olindias phosphorica y su poder urticante es muy superior a las que tienen las medusas habituales del Mar Menor, como la rhizostoma pulmo (aguamala). No se tienen referencias de ella en la laguna, donde puede haber entrado aprovechando la bajada de la salinidad. Los pescadores ya han empezado a notar su presencia, ya que cuando entran en los copos calados en la costa interior de La Manga, matan a los langostinos con la descarga de sus tentáculos.
Las olindias que se han detectado esta temporada a lo largo de la costa interior de La Manga son pequeñas y en grupos numerosos. El viento de dirección sur y oeste, que sopla predominantemente tras el verano, las ayuda a desplazarse hacia las langostineras. Cuando se cuelan en las redes, al contacto con un crustáceo o cualquier otro animal, descarga el veneno de sus tentáculos como reacción defensiva.
Langostinos recién llegados a la lonja de Lo Pagán.
Es difícil detectarlas, ya que tiene hábitos nocturnos y son casi transparentes. Únicamente tienen una cruz roja en la umbrela, que puede alcanzar hasta los 20 centímetros. Su entrada en el Mar Menor puede haberse producido por el mayor intercambio de aguas que se produce en esta época con el Mediterráneo. Para los pescadores, se trata de otro enemigo con el que batallar en la laguna, ya no solo porque se enganchan a las redes, sino por la mortandad que causan en los langostinos o en cualquier otro ser vivo que toquen con sus filmanentos azules.
En lo que va de campaña del langostino -desde el 10 de septiembre-, ya han llegado algunas partidas de crustáceos muertos que se devalúan en la subasta y alcanzan un precio mucho menor en una temporada en la que el langostino está siendo escaso. Con jornadas de 30 kilos de media, con picos de 60 kilos, no está generando los beneficios que esperaban los pescadores, que también tienen que competir con el cangrejo azul, cada vez más presente en la laguna. De hecho, este año se podrían duplicar las capturas de cangrejo azul.
El cangrejo azul llena las cajas de la subasta de Lo Pagán. Este año podría duplicar el volumen de capturas, alcanzando los 16.000 kilos.