Había desaparecido de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, de Torre Pacheco, en 1971, cuando la antigua iglesia del Dean -de 1603- fue demolida para levantar la actual iglesia. El controvertido derribo, en el que los pachequeros perdieron su recordada torre, incluyó otra negligencia más: arrojaron el escudo heráldico junto a otros escombros, aunque un vecino lo recogió y lo ha conservado en su casa todos estos años en buen estado.
La Guardia Civil de la Región de Murcia, en el marco del ‘Plan para la Defensa del Patrimonio Histórico Español’, ha desarrollado en Torre Pacheco la operación ‘Clavícula’, una investigación que ha permitido localizar y recuperar un escudo heráldico desaparecido en los años 70 de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario del municipio.
El escudo, datado entre los siglos entre XVI al XVII y declarado Bien de Interés Cultural, ha sido depositado, temporalmente, en dependencias dependientes del Museo Arqueológico de Murcia.
Enmarcada dentro el ‘Plan de Protección del Patrimonio Histórico Español’, guardias civiles del Equipo de Patrimonio Histórico de la Comandancia de la Guardia Civil de Murcia han llevado a cabo la investigación de la Operación Clavícula con el objetivo de localizar un escudo heráldico de tipología eclesiástica, perteneciente a la localidad de Torre Pacheco y desaparecido a principios de la década de los años 70.
El pasado mes de junio, la Guardia Civil tuvo conocimiento de estas circunstancias e inició las labores para averiguar su situación administrativa y su ubicación, así como su estado de conservación.
Desestimado durante la demolición de la antigua Ermita del Deán
Este blasón estaría adherido a las estructuras de la antigua Ermita del Deán que, en el año 1603, se convirtió en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Torre Pacheco, la cual fue demolida en el año 1971 para levantar sobre su solar la actual Iglesia bajo la misma advocación.
El templo recuperará su escudo, que ya presidía la entrada al templo en el siglo XVII.
En el transcurso del derribo fueron salvadas varias piezas pétreas de ornamento y de dignificación eclesiástica. Sin embargo, este escudo fue arrojado, por un posible error humano, a una escombrera donde se acumularon restos de la demolición como si de una piedra vulgar se tratase.
Las pesquisas practicadas han permitido localizarlo en un domicilio de Torre Pacheco. Al parecer, su poseedor lo halló siendo un niño en fechas cercanas a la demolición y lo ha mantenido en su domicilio desde entonces.
Una vez informado del valor de la pieza, ésta ha sido intervenida, siendo entregada en un notable estado de conservación.
El escudo está realizado en piedra arenisca y su iconografía del campo está dedicada a la advocación de la Virgen del Rosario. En él se puede observar lo que parece un corazón en cuyo centro, atravesado por una flecha, existen unas letras que harían alusión a Dios, todo ello orlado por un rosario de cinco cuentas y rodeado de lambrequines.
EL BIC SERÁ DEVUELTO A LA IGLESIA
Los escudos heráldicos, desde la entrada en vigor de la Ley de Patrimonio Histórico Español del año 1985 y la Ley de Patrimonio Cultural de la CARM del año 2007, tienen la consideración de Bien de Interés Cultural. Ambas leyes obligan a que aquellas personas que tuvieran en su poder piezas o colecciones de naturaleza cultural comuniquen dicha posesión a los organismos responsables en materia cultural en el plazo máximo de un año.
Una vez se realicen los trámites administrativos para su registro en el inventario de bienes de interés cultural de la Región de Murcia y su pertinente informe de autentificación y originalidad, podrá ser devuelto para que, de nuevo, forme parte de las estructuras originales de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Torre Pacheco.
UN POLÉMICO DERRIBO
El derribo de la iglesia de la Virgen del Rosario no fue precisamente un ejemplo de respeto al patrimonio histórico. A mediados de la década de los sesenta, un grupo de vecinos reclamó la demolición del templo debido a su mal estado de conservación. Las escasas obras realizadas para evitar posibles derrumbes obligaba a los feligreses a entrar al templo por la puerta de la sacristía.
En noviembre de 1968 se convocó una consulta popular entre los vecinos para saber si eran mayoría los que querían construir otra iglesia de nuevo corte, pero solo acudió el 10% de los pachequeros, quienes decidieron por mayoría derribar el antiguo templo. Tres años más tarde, se realizó la demolición del templo construido en 1603, uno de los más antiguos de la Región. La vieja iglesia debía estar adosada a la casa palacio del Deán, Luis Pacheco Arróniz.
En 1704, siendo cura Agustín del Baño, se realizaron grandes reformas con las domaciones de los fieles, como la construcción de la torre campanario y la ampliación del templo para dar cabida al coro. Ya en el siglo XVIII, la estructura presentaba deficiencias. El coro estaba apuntalado y el tejado, destrozado. Algunas obras permitieron subsanar daños.
En 1773 Joseph Soto, cura de Pacheco, vuelve a manifestar al Obispado la ruina en la que se encuentra la iglesia, apuntalado su coro, desquiciada su portada y quebrantadas sus bóvedas. “Los maestros que vinieron a reconocer la iglesia dijeron que hacían falta once mil reales de vellón, y un año más tarde, otros dijeron que quince mil, para lo cual el cura propio solicita limosna del Obispado”. También se sabe que en esta época la iglesia tenía un órgano, pues existe un documento en el que se solicita ponerlo en un balcón pequeño, y los fuelles en un cuarto que hay en la torre. En 1789, tras un informe del canónigo de Cartagena, el Cabildo liberó cuatro mil reales de vellón para atender las reformas más urgentes.
En 1936 se eliminó el último cuerpo de la torre campanario para utilizarla como observatorio durante la Guerra Civil, aunque se reconstruyó en 1940, cuando la torre alcanzó una mayor altura que la original. En la fachada actual se conservan dos placas de piedra que recuerdan la fecha de la construcción de la iglesia y la de la torre.
“Esta torre se hizo y se alargó esta iglesia a costa de los feligreses devotos siendo cura propio D. Agustín del Baño. Año de 1704”.
Otro incidente en la historia de la iglesia fue el cortocircuito que se produjo el 5 de octubre de 1952, en plena celebración de las fiestas patronales. El fuego quemó la imagen de la Virgen del Rosario, lo que dio lugar a que en los días posteriores los vecinos recaudaran fondos para encargar otra imagen. Fue el escultor José Sánchez Lozano quien creó la nueva talla, que fue bendecida el 4 de octubre de 1953 en la plaza del Ayuntamiento.
Cuando algunas voces pidieron el derribo del templo para construir uno nuevo con mayor capacidad y un diseño más moderno, la idea del derribo provocó división de opiniones en el pueblo. Ante la discordancia de opiniones el párroco, Ángel Martínez Alarcón, decidió hacer una consulta popular para que los pachequeros se pronunciaran sobre la conveniencia de conservar el templo, o de derribarlo.
En noviembre de 1968 se enviaron unas 1.500 cartas a los vecinos del pueblo para que manifestaran su opinión. Sólo se recibieron 154 contestaciones. El 97,4 % de los remitentes se mostró a favor de la edificación de un nuevo templo en el solar del actual, con fachada a la calle Mayor.
En octubre de 1969 se celebró una reunión en el Cine Greg en la que se acordó pedir el asesoramiento al Obispado. El obispo Miguel Roca Cabanellas autorizó la demolición del templo, que comenzó a ejecutarse en junio de 1971. Las obras se prolongaron durante más tiempo del previsto. Se necesitaron varios días para destruir la torre, debido a que el espesor de sus muros era de casi un metro de ancho.
El escudo que la Benemérita ha hallado recientemente se encontraba colocado sobre el arco de entrada a la iglesia, orientada entonces hacia el este. A la izquierda se podía ver la lápida de mármol en la que se indica la fecha de la fundación y, al lado, una ventana circular que daba a la 'habitación de los rollos', conocida así porque allí se vendían los populares rollos de San Antón.
