La Ribera se asoma a un Mar Menor de postal

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Aquellas postales fotográficas que llenaban las sacas de los carteros en la era previa al móvil, con mensajes exhibicionistas de veranos ociosos y playeros, han dejado retratado un litoral que ya no existe. La Asociación de Amigos de los Museos reunió en el Centro de Iniciativas Turísticas de San Pedro primero y en el centro Príncipe de Asturias ahora, durante todo el mes de julio, una exposición 130 postales de los pueblos costeros del Mar Menor: San Pedro del Pinatar, Santiago de la Ribera, Los Alcázares y la costa alicantina más próxima, la de Torre de la Horadada, con la colaboración de la Concejalía de Cultura.

Orillas que han sustituido señoriales villas por torres de hormigón, hileras de balnearios de madera por puertos deportivos, playas agrestes por otras urbanizadas. "Son imágenes de nuestros recuerdos de infancia y de juventud, evocaciones de aquellos edificios, molinos, viviendas, barcos que nos 'suenan' pero que se han perdido y, a través de estas imágnes perdurarán en forma de postales", explica el presidente de la Asociación, José Lorente. Han aportado tarjetas de sus colecciones privadas Roberto Albaladejo -de Pilar de la Horadada-, José María Bautista -de La Ribera-, la Asociación Los Alcázares EcoCultural y la propia Asociación de Amigos de los Museos. La muestra se podrá ver en los meses sucesivos en los distintos pueblos costeros.

"La cartofilia comarcal está bien representada por los autores de la muestra, aquellos incipientes editores de postales como Hauser y Menet han tenido buenos discípulos en Ríos, Galindo, Dos Hermanos, Ediciones Mediterráneo, Ediciones Arribas, Subirats Casanovas y otros", explica Lorente.

"Las más valiosas son las que lucen el matasellos", afirma el coleccionista José María Bautista. Las que han tenido vida viajera, transportando mensajes, deseos y noticias, casi siempre buenas. Las malas noticias viajaban por otros conductos, como el telegrama o la conferencia urgente que se le pedía a la operadora. La más valiosa es una postal de 1909 matasellada de la torre de la Horadada que envió el médico y coleccionista pinatarense Eustaquio Viviente a un colega de Perú con quien se intercambiaba postales. Roberto Albaladejo la adquirió para su colección y, así, volvió al Mar Menor. "Antes las postales se escribían por delante, donde se solía dejar un espacio", señala el coleccionista pilareño.

Una anterior, de 1900, aunque nunca puesta en circulación, luce el palacio del Barón de Benifayó, que actualmente alberga el Museo pinatarense.

En una visita a la muestra se descubre que la orilla de La Ribera lució palacetes que ya no existen, que la playa de La Concha concentraba balnearios realizados por arquitectos famosos, y que el rey Alfonso XIII se asomó a las aguas de Los Alcázares, algunos días tan planas que dieron nombre a la playa del Espejo.

"En esta playa nos hemos dado la mar de baños", le cuenta Mercedes, con caligrafía escolar, al destinatario de una postal de 1920 que muestra la residencia del duque de Amalfi y conde de Roche, la torre de la Horadada.

Centro social Príncipe de Asturias (Santiago de la Ribera)

Hasta el 31 de julio

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