Filipinas la vida de un hospital tras el paso del Tifón

Gente solidaria
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Agus Morales, periodista de Médicos Sin Fronteras para los proyectos de emergencias, se encuentra en Filipinas desde el pasado 14 de noviembre para documentar las durísimas consecuencias del tifón Haiyan sobre la población filipina. Durante los últimos días, ha estado en el distrito de Burauen, en la isla de Leyte. Todavía impresiona ver a los niños jugando entre las ruinas en un paisaje devastado, pero la población está decidida a salir adelante y recuperar la normalidad. Esta es la historia de un hospital que podría ser la historia de un país recuperándose de una catástrofe natural devastadora.

 Eugenie Nicolas-Ortega desliza el dedo. Enseña las fotografías de su hospital justo después del paso del tifón  Haiyan por las islas Filipinas. “Es un centro con 75 camas que cubre cinco municipalidades. El tifón destruyó toda el área de hospitalización, el techo y la zona de lavandería. Tan solo la parte delantera del hospital funciona”, lamenta la directora del centro. Once días después del desastre, Nicolas-Ortega supervisa las zonas más afectadas del hospital, situado en la isla de Leyte, en concreto en el distrito de Burauen. Los barrotes doblados y los colchones de las camas yacen junto a los escombros sobre el suelo encharcado del pasillo. Solo se oyen goteras. “Cuando supimos que llegaba el tifón, sacamos los ordenadores y otros equipamientos, y los enfundamos en plásticos”, cuenta la doctora mientras observa los desperfectos. De los 103 hospitales que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha evaluado en las zonas golpeadas por el tifón, 48 están fuera de funcionamiento. A ello se añade el problema de que el personal sanitario, que a menudo se traslada a zonas rurales para trabajar, se ha visto obviamente afectado por la tormenta. La falta de medicamentos, sobre todo en los centros más aislados, completa el cuadro de una isla castigada por la dificultad para recibir suministros La actividad del centro de Burauen es frenética. Siempre con una sonrisa en la cara, la directora revolotea por el centro médico. Los últimos días han sido de mucho trabajo. “Nos quedamos con pocos trabajadores porque muchos de ellos son de Tacloban y alrededores”, comenta. Poco a poco, algunos de los doctores van regresando a sus puestos de trabajo. Y Médicos Sin Fronteras (MSF) decidió apoyar este hospital para contribuir a que siga dando servicio a las localidades que caen a su alrededor. La directora del hospital está ahora algo menos sola.

Fotografía y texto: © Agus Morales

Pie de foto principal: El hospital de distrito de Burauen (isla de Leyte) sufrió graves daños a causa del tifón, y perdió todos sus servicios. MSF presta respaldo a esta estructura, a la que llegan muchos pacientes con diarrea, enfermedades crónicas y problemas respiratorios.

Pie de foto secundaria: Rocabo Florencio, de 46 años de edad, recibió un fuerte golpe en la cabeza durante el tifón. Ahora no puede andar y se queja de un agudo dolor en la parte baja de la espalda. Ha sido ingresado en el hospital.

 

 

 

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