Humeante y aromático, ese sorbo de oro negro en el punto justo entre dulce y amargo ha estado siempre ligado a la vida cotidiana. La marca Il Trovatore, a la venta en Establecimiento Pardo de San Javier, ha subido el café a la cima del placer con su selección de granos del mundo de la variedad Arábica. La bebida más apreciada desde siempre en todo el mundo, reconstituyente y antioxidante, ya protagonizó uno de los primeros gags del maestro Chaplin.
"Lo que marca la diferencia es el origen del café, pero también la maquinaria, la cafetera, el proceso de preparación", explica el asesor barista de Café Il Trovatore Javier Pardo Pérez. Por eso la firma ha cuidado desde el primero hasta el último de los detalles. Para garantizar la calidad, el experto señala la selección de variedades arábicas, "las más apreciadas", apunta. Reúne así el aroma aterciopelado de Sudamérica, la exquisitez de los Selectos de Gran Altura, la intensidad mágica del Caribe, el brillo de Centroamérica y el exotismo mítico de los Moka. Una experiencia un paso más allá de la que debió sentir Claudette Colbert con su exquisito servicio de café en 'Imitación a la vida' (1934) o Charles Laughton en una de las enigmáticas escenas de 'El reloj asesino' (1948), cuando saborea con la misma intensidad el sorbo intenso de su taza y el crimen pasional. Desde criminales hasta galanes y glamurosas estrellas del cine nos han seducido siempre con una taza de café en la mano. Rock Hudson y Jane Wyman comparten este potente reconstituyente en 'Sólo el cielo lo sabe' (1955), y Sean Connery trata de derribar el muro de Tippi Hedren en 'Marnie, la ladrona' (1965) con una taza a la vista del maestro Hitchcock. El café da fuerza a numerosas escenas de nuestra vida. "Se debe tomar al momento", señala el asesor barista, quien conoce los trucos para disfrutar del café perfecto.
El momento de placer puede proporcionarlo el Café L´Elisir d´Amore, de cuerpo redondo y acidez suave, con sensaciones de canela y chocolate, o con el Sonetto Descafeinado, limpio, suave y con aromas florales. O bien con el Trovatore, aromático y dulce, de crema consistente. El Rosee, la variedad gourmet, el diamante negro de la firma, aporta además una delicadeza que realza la dulzura y suavidad de las variedades arábicas.
El mejor café junto a la sabia experiencia del asesor barista permiten crear el café perfecto. "Es recomendable precalentar el agua antes de introducirla en cualquier tipo de cafetera, sobre todo si son de goteo", aconseja. "Usar una taza cónica de porcelana o loza fina precalentada boca arriba; es una equivocación servirlo en vaso", recomienda Pardo. "Preferible hacer una molienda fina y reciente para que conserve todo su aroma", añade. La caída del café debe ser el forma de cola de ratón, con un tiempo de erogación de 25 segundos para 25 mililitros de infusión. "Un buen café tiene su crema superficial color avellana rojiza, sin burbujas; cuanto más oscura es la crema, más amarga el café", asegura. Para el experto, "el café perfecto tiene un sabor equilibrado, es más fácil lograrlo con una cafetera expreso, aunque las de filtro producen un café dulce y sin que amargue mucho". Un café perfecto como el que comparten Robert Redford y Meryl Streep en 'Memorias de África' (1985). Quién no daría una fortuna por haber bebido una taza en aquel porche de Kenia protegido con persianas de caña y muebles coloniales. O por haber probado el que tomaron Julia Roberts y Hugh Grant en la terraza de 'Notting Hill' en la primavera de 1999. Ese ritual del café, necesario y adictivo, nos hace la vida más interesante, como se la hacía al jinete James Stewart en plena persecución de forajidos. Qué hubiera hecho sin el reconstituyente café, con más antioxidantes que un zumo de naranja. Mejor si es exquisito, dulce como el amor y fuerte como la vida. Un café de cine, como el Rosee.
