En contra de lo que se pueda pensar, el poderoso paisaje que rodea el restaurante La Serena Golf no podría, en un imaginado pulso, con la personalidad de sus platos. Quien se suma los dos puntos ganadores es el restaurador Ginés Ramón Cañavate, con larga experiencia en cocina internacional cultivada entre otros templos en La Manga Club donde estuvo más de 20 años.
Hace ya 8 años que hizo realidad su idea, El Chato Winebar, en Los Alcázares, un lugar de referencia para paladear buenos vinos acompañados por recetas de alma mediterránea y corazón contemporáneo. Platos cuyo nombre que no intimida, pero con firma propia y resultado que responde a las expectativas de calidad. De hecho, lo concurrido del restaurante habla del gran acierto de su carta y menús en los que se pueden compartir platos al centro. En cierto modo, casi una rareza de esas que se encuentran y se apuntan en la agenda celosamente, además de recomendarse a los amigos.
Con este bagaje, Cañavate ha implantado ahora su fórmula de éxito en el restaurante La Serena Golf, que funciona en la Casa Club del recinto de golf alcazareño. Esta situación le confiere el exclusivo privilegio de ofrecer a sus clientes un bar cafetería, restaurante y salón de banquetes, más amplias terrazas, todo ello orientado y rodeado de una enorme alfombra de césped mullido y refrescante a la vista. Con este horizonte verde y algunos vestigios impagables de la historia alcazareña, como una de las torres vigía que los antiguos aldeanos levantaban para otear la costa ante las continuas incursiones de los piratas berberiscos, se comienza a servir la dosis de placer antes incluso de probar el primer plato.
Uno puede acomodarse en los confortables sillones que rodean las mesas en el espacioso y más que confortable salón, idóneo para prolongar la sobremesa. Será sin embargo la experimentada profesionalidad de Cañavate y su probada fórmula de éxito la que empiece a capturar los sentidos. El bufet que ha concebido para la cercana celebración del Día del Padre, el 19 de marzo, es una muestra de sus especialidades. Un repertorio de entrantes fríos que resulta incluso musical: comenzando con las ensaladas, las encontrarán de bacon y costrones, de pollo y espárragos, de salpicón de marisco o la clásica mixta con atún. Entre los entrantes de mar, unos mejillones a la vinagreta, pulpo a la gallega, salmón ahumado y bacalao con salsa de soja y boquerones en vinagre. No deja fuera el restaurador esa apuesta segura de algunos de los mejores productos locales, como la hueva y la mojama con almendras, un fijo en las mesas mediterráneas si se quiere complacer de verdad.
Del sushi a la tortilla española
Si dejan los prejuicios fuera, más allá del campo de golf, podrá dejarse sorprender tanto por la tortilla de patatas como por el sushi con waseila y jengibre, uno de esos bocados que solo se catan en lugares de extrema confianza y experiencia en la selección de los mejores productos. En la amplia mesa de entrantes a elegir, jamón serrano y queso manchego, embutidos del país y, el excelente toque del chupito de salmorejo con jamón serrano.
Para pasar a mayores, los comensales pueden elegir entre rodaballo a la gallega o entrecotte de ternera a la parrilla con su guarnición, según en qué equipo se milite, aunque el listón de calidad está al mismo nivel. Para llenar los sentidos, una selección de postres que culminan la experiencia gastronómica, visual y sensorial de comer en La Serena Golf. Todo, por 39,95 euros por persona incluida la bebida de la casa. Reservar previamente en el teléfono 609668036.
