El Mar Menor ha perdido ya el 85% de su pradera marina por la turbidez

Naturaleza en Murcia
Fuente

No lo vemos, pero el Mar Menor ha perdido la vida de sus fondos. La turbidez del agua ha provocado ya la pérdida del 85% de la pradera marina de la laguna en solo dos años. Así lo demuestra el estudio que acaban de realizar el Instituto Español de Oceanografía IEO) y la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse). La respuesta del científico que ha coordinado el estudio, Juan Manuel Ruiz, es clara: "Sería factible la recuperación con lo que nos queda si se restituyera la calidad de la columna de agua".

 

"Hace dos años encontramos en la laguna 13.780 hectáreas de praderas marinas de Cymodocea nodosa, Ruppia cirrhosa y Caulerpa prolifera. Hoy se han perdido más de 10.000 hectáreas de praderas, equivalente al 85% de toda la superficie que había. Ahora lo que hay son sedimentos fangosos", explica el biólogo del IEO.

Ruiz ha asegurado hoy lunes, durante la presentación del estudio en la sede del IEO en Lo Pagán, que "la pradera frondosa de 2014 que encontramos a más de 5 metros de profundidad se ha convertido en algas muertas". "El estado del fondo puede estar aletargando la recuperación de la calidad del agua", explica Ruiz, quien deja claro que "la pregunta de cuánto tardará en arreglarse es la gran incógnita".

El estudio de las praderas de fanerógamas marinas del Mar Menor forman parte del proyecto denominado 'Conservación de arenales y lagunas costeras en el suereste de la península ibérica', que ha contado con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Fundación Biodiversidad.

En la primera fase del proyecto, los expertos realizaron una cartografía altamente detallada de la distribución de las distintas especies, de la que se ha conocido que el 60% de las praderas del Mar Menor eran de Cymodocea nodosa, la conocida hierba alargada de la laguna, llamada también grama de mar, que crecía en los fondos arenosos y servía de soporte para el crecimiento de infinidad de alevines de peces. Este dato ha resultado todo un hallazgo pues los estudios anteriores consideraron que la superficie de esta pradera era menor, pero en realidad la Cymodocea tenía un destacado papel en el ecosistema de la laguna. "Había praderas espectaculares a 5 metros de profundidad", explica el científico.

En otra fase del estudio, encontraron una elevada presencia de nitrógeno, sobre todo en las franjas marinas más próximas a la costa de la zona sur. Este indicador "nos avisa de la presencia de vertidos en el Mar Menor, igual que hay alto contenido en cobre por el impacto de la náutica, ya que el cobre se encuentra en los herbicidas y en las patentes de los barcos", explica Ruiz.

La presencia de nitrógeno y fósforo en los tejidos de la vegetación submarina señalan directamente los vertidos de la agricultura y de las aguas residuales urbanas quye drenan hacia el Mar Menor a través de ramblas y núcleos urbanos, según indica el estudio.

"En la segunda mitad de 2015 sube de manera imparable la clorofila en lo que hemos conocidos como un 'super bloom' de fitoplancton. Es como si te dicen que tienes 300 de colesterol", explica Ruiz. Ese drástico cambio fue tiñendo las aguas de verde y aumentando su tubidez, lo que ha reducido gravemente la luz del fondo e impedido la fotosíntesis de las praderas marinas. "No hay luz ni para el fitoplancton", asegura el biólogo.

Para comprobar los efectos de este cambio, el equipo investigador volvió a sumergirse en los mismos puntos estudiados en 2014. Donde había jardines sumergidos, solo encontraron fangos. "No he visto ningún caso tan claro de cómo el desarrollo del hombre está ligado a la salud del ecosistema, y desde luego el desarrollo del Mar Menor es equivocado, y el agrícola hay que cambiarlo", asegura el científico.

¿Hay que dragar las golas?

El debate sobre dragar o no las golas que comunican las aguas del Mar Menor con las del Mediterráneo ha surgido de nuevo, inevitablemente, nada más hacerse públicos los resultados del estudio sobre la pérdida de los fondos. El biólogo del IEO Eugenio Fraile, quien realiza una investigación sobre la nivel de intercambio de aguas, ha explicado que "hay una disminución considerable de oxígeno en el fondo de la laguna aunque no se llega a la anoxia (falta total de oxígeno". Asegura además que "por la gola sur no entra casi nada de agua y en la encañizada es despreciable. La renovación es casi nula", afirma.

Ante las voces que piden dragar las golas para que se renueve el agua de la laguna, el biólogo Juan Manuel Ruiz alerta: "Cuidado con abrir las golas porque podemos introducir variables que desconocemos". Para el biólogo, el bajo intercambio de aguas no sería problema "si no hubiera carga de vertidos". De hecho, los pescadores recuerdan "épocas en que las golas estaban acolmatadas y las aguas estaban limpias", explica Jesús Gómez, patrón de pesca durante 40 años en la laguna. "Si deciden abrirlas, que no cambien el ecosistema de la laguna", afirma el pescador, quien pide "atajar los vertidos".

No ha faltado las voces de quienes piden una solución urgente a la salud de la laguna, aunque "la ciencia no funciona a los ritmos de la campaña turística", asegura Ruiz. Para el presidente de Anse, Pedro García, "es muy fácil desde sectores que han mirado para otro lado durante muchos años, pedir soluciones". García recuerda que "el problema del Mar Menor no son las golas, sino el incumplimiento de la normativa en materia de nitratos, la falta de regulación de los usos agrícolas, las miles de hectáreas nuevas legalizadas de cultivo, algunas que hacen cuatro cosechas al año, y los puertos deportivos, que interrumpen los flujos".

El presidente de Anse, Pedro García, a la izquierda, junto al biólogo Juan Manuel Ruiz, del IEO, esta tarde en la exposición de los resultados del estudio. Arriba, una foto de la turbidez del Mar Menor realizada por Anse.

 

Publicidad

PRÓXIMOS EVENTOS

28,10,0,50,1
600,600,60,0,3000,5000,25,800
90,150,1,50,12,30,50,1,70,12,1,50,1,0,1,2000
Powered By Creative Image Slider
leer más
leer más
leer más
leer más
leer más