El tiempo revuelto, con fuertes rachas de viento y lluvia intermitente, no restó brillo ni calor a las procesiones de Semana Santa de San Pedro del Pinatar.
En la memoria queda una noche tan especial como la del Via Crucis del Cristo del Mar Menor, la única expresión religiosa que transcurre a orillas del Mar Menor.
Es una de las citas más singulares de la Pasión en la región de Murcia, el Vía Crucis que desde 1992 procesiona la noche del Miércoles Santo a orillas del Mar Menor junto a cientos de fieles.
En torno a las 22 horas, la imagen del escultor murciano Antonio García Mengual partía de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen portada a hombros por 40 hombres de la Hermandad del Cristo del Mar Menor, precedidos por la banda de cornetas y tambores de la Virgen de Los Dolores.
El párroco de Lo Pagán guió la oración de este Vía Crucis del Cristo del Mar Menor, que realiza gran parte de su recorrido en paralelo al mar, hasta llegar a la capilla de Nuestra Señora de la Asunción en Villananitos, junto a cientos de fieles y la comitiva oficial, miembros de la Corporación Municipal, representantes del Cabildo de la Semana Santa y la banda de música Unión Musical.
La única procesión que recorre la orilla del Mar Menor, por el paseo de Lo Pagán la noche de Miércoles Santo.
SILENCIO Y FERVOR EN LA NOCHE DE JUEVES SANTO
El cruce de la calle Emilio Castelar y la avenida de Las Salinas fue una vez más el lugar elegido para vivir uno de sus momentos más emotivos y esperados de la Semana Santa pinatarense, con la procesión del Encuentro de Jesús con su Santísima Madre en la Calle de la Amargura, un desfile procesional que rememora el encuentro de Jesús Nazareno, escoltado por el tercio romano, con la Virgen de los Dolores, ante la mirada de San Juan Evangelista y La Piadosa Verónica.
Una procesión cargada de simbolismo, en la que el paño blanco de la Verónica pasa a reflejar el rostro de Jesús y en la que solo el desgarro de las saetas, en la voz de Carmen Murcia, rompieron el silencio y llenaron el momento de emoción.
Tras el encuentro las cuatro imágenes, acompañadas por sus correspondientes tercios iniciaron la solemne procesión, que cerraba la comitiva oficial y la banda de música municipal, Unión Musical.
Ya pasada la medianoche se inició el Vía Crucis de la Procesión del Silencio, en el que los penitentes siguieron la imagen del Cristo del Perdón, acompañados sólo del sonido de dos tambores del Tercio del San Juan en el silencio de la noche que recuerdan el dolor de la muerte de Cristo.
La emoción del Encuentro, llena de solemnidad ante la inevitable despedida de la Dolorosa y su Hijo.
Sobriedad y penumbra en la noche de Jueves Santo en las calles de San Pedro del Pinatar.
EL DUELO DEL SANTO ENTIERRO
Es la procesión más larga y participativa de San Pedro del Pinatar. Una decena de hermandades y cofradías con sus tronos, cientos de nazarenos, manolas, penitentes, el tercio romano, tercios de cornetas y tambores y bandas de música salen a la calle para compartir el duelo.
La procesión del Santo Entierro en San Pedro del Pinatar data, ya de forma organizada, de principios de la década de los 50, pero sus orígenes se remontan a principios del siglo XVIII cuando el pueblo salía a la calle a mostrar su luto por la muerte de Jesús, lo que explica su arraigada tradición en el municipio.
Esta procesión, la más nutrida de los 13 desfiles procesionales de la Semana Santa Pinatarense, saca a las calles del municipio más de una decena de hermandades y cofradías formadas por tronos, nazarenos, manolas, penitentes, el tercio romano, tercios de cornetas y tambores y bandas de música, que suman unos 2.000 participantes.
El desfile partió en torno a las 10 de la noche, desde la plaza de la Constitución y estuvo encabezado por un piquete de la Policía Local, seguido del estandarte del Cabildo General de Semana Santa.
La primera imagen de esta procesión, en la que se representan varios momentos de la Pasión de Jesucristo, fue el Santo Grial, seguido de la Oración en el Huerto, Jesús de Medinaceli, portado a hombros por mujeres, los apóstoles Santiago y San Pedro y el trono de la Piadosa Verónica.
Tras ellos, las cofradías de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Santísimo Cristo del Perdón, también portado a hombros, la Virgen de la Piedad y la Santa Cruz Desnuda, que estrenaba sábana donada por Antonio García Villegas, Hermano Mayor de de la Hermandad, ambos tronos acompañados por decenas de manolas.
El Tercio Romano, que realizó la formación en “cruz”, precedió la llegada de la Virgen de la Soledad y el Santo Sepulcro, al que siguieron San Juan Evangelista y la Virgen de Los Dolores, imagen del escultor Sánchez Lozano, recientemente restaurada por Pablo Espinosa, que procesiona bajo palio.
Familias al completo participan activamente en las hermandades y cofradías de San Pedro del Pinatar.
SÁBADO SANTO CON SAETAS Y FLORES
Tras una semana intensa de brillantes desfiles, salió a la calle la penúltima procesión de la Semana Santa de San Pedro del Pinatar. Lo hacía desde el parque de la Virgen del Carmen en el Barrio de los Pescadores, en solemne procesión, encabezada por los Guiones, tras los cuales desfilaban un acompañamiento del Tercio de San Juan y sus tambores, y tras ellos el Trono de la Santa Cruz Desnuda que por primera vez procesiona en el Sábado Santo.
Posteriormente las Cruces, Vía Meter, el Tercio y el Trono de la Virgen de la Soledad, con una imagen obra de Ramón Cuenca Santo perteneciente a la Cofradía de San Juan Evangelista, y cerrando el desfile la comitiva oficial.
La Agrupación de la Virgen de la Soledad que el año pasado estrenó trono tallado en madera dorada, incluyó en su procesión dos saetas entonadas por el cantaor unionense, Paco Severo, la última, al finalizar el recorrido como es habitual en la Residencia Mensajeros de la Paz, donde muchos mayores esperaban la imagen de la Soledad con gran emoción para recibir las flores que adornaban el trono.
La Virgen de la Soledad, entrando en la residencia de mayores Mensajeros de la Paz.
Un joven nazareno repartiendo flores entre los mayores de la residencia el Sábado Santo.
LA EMOCIÓN ANTE EL RESUCITADO
Cientos de vecinos y visitantes han vivido con fervor esta cita cargada de simbolismo, en la que la Virgen de Los Dolores se desprende de su manto de luto al encontrarse con su hijo, Jesús Resucitado, ante la mirada de María Magdalena y San Juan Evangelista.
Los actos de la Semana Santa pinatarense llegana su fin con el Encuentro de las imágenes de Jesús Resucitado y la Virgen de los Dolores, ante la presencia de San Juan, Cruz tendida en el Calvario y María Magdalena.
Cientos de vecinos y visitantes presenciaron este momento, frente a la plaza Luis Molina en una mañana con amenaza de lluvia que no ha frenado las ganas de procesionar la última cita de la Semana Santa pinatarense. Una jornada llena de emoción y simbolismo en la que salen a la calle los nazarenos que, desprendidos de sus capuces, han repartido miles de caramelos entre los asistentes.
El momento más emotivo es el encuentro de la Virgen de los Dolores con Jesús Resucitado, cuando el manto de luto que cubre a la madre se desprende al ver a su hijo y deja paso a otro de un vivo color azul con bordados en blanco.
Los vítores de fieles y penitentes, el ruido de los cohetes y las campanas y decenas de palomas blancas que sobrevuelan el cielo celebran la resurrección de Jesucristo.
El canto de las saetas se une al júbilo de los cientos de espectadores que presencian el encuentro y las imágenes, precedidas por cofrades, nazarenos y manolas con mantilla blanca que desfilan en procesión por las calles del municipio hasta la iglesia de San Pedro Apóstol donde el Tercio Romano jura bandera y desfila poniendo fin a una semana en las que las calles han sido testigo de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús.