Una tormenta perfecta agobia a los pescadores del Mar Menor, que llevan ya dos días con los barcos amarrados al puerto. Al temporal de viento y tierra africana, se ha unido el incremento de los precios del gasoil para hacerles desistir de calar las redes. Hoy, han llegado a la lonja solo 15 cajas de pescado, sobre todo cangrejos azules, doradas y lubinas, aunque en poca cantidad.
Si este temporal pone difícil a los pescadores de mar abierto la decisión soltar amarras, más aún a los del Mar Menor, aunque parezca una contradicción. Las embarcaciones de ocho metros de eslora, habituales de la laguna, no resisten las embestidas del viento para tener una mínima estabilidad con la que calar las redes de artes menores.
El fuerte incremento del precio de los combustibles también paraliza a los pescadores del Mar Menor, sobre todo ahora que hay poca pesca, a la espera de que se produzca otro tirón en las capturas con el aumento de las temperaturas en primavera. Sin embargo, a quienes más daño hace el encarecimiento del gasoil es a los pescadores del Mediterráneo, que tienen que recorrer más distancias, aunque este momento crítico coincide con el paro biológico del palangre, el cerco y el arrastre.
Cuando los paros biológicos del Mediterráneo concluyan, los pescadores sí verán de frente el problema del aumento de sus costes, aunque aún tienen otro frente abierto con la huelga del transporte. La mayoría del pescado del Mar Menor sale en dirección a Italia, Francia y Marruecos, además de otros mercados nacionales. Los mayoristas ya tienen serias dudas sobre si comprar en la subasta si después este producto tan perecedero va a encallar en una de las jornadas de huelga de los transportistas.
La Cofradía de San Pedro del Pinatar cuenta entre sus socios con un arrastrero, un palangrero y dos barcos de cerco, que son los que más tienen que gastar en combustible. Si hace un mes, un barco de arrastre empleaba 18.000 euros al mes en llenar el depósito de gasoil, ahora puede llegar a los 35.000 euros al mes, una cifra inviable que pueden encontrarse al finalizar el paro biológico a final de marzo si el precio del combustible no se contiene.
FOTO: Una barca varada en la playa de La Ribera durante la tarde de calima por la llegada de viento con tierra africana. Pablo Melgar
