Dragar o no dragar los canales de intercambio de aguas del Mar Menor con el Mediterráneo es la cuestión que se decide esta semana. El Comité Científico, integrado por 42 especialistas, ha creado un grupo de trabajo para estudiar el intercambio hidrodinámico entre los dos mares y qué efectos tendría el dragado.
El Gobierno regional ha solicitado al Comité de Asesoramiento Científico, reunido recientemente en Los Alcázares, que facilite de forma urgente una planificación de medidas y acciones "que eviten que el Mar Menor se colapse por la falta de intercambio de agua con el Mediterráneo y que la laguna litoral quede aislada y sea un conjunto de agua estancada", según opina la Comunidad Autónoma. Para ello, dentro del Comité se creará un grupo de trabajo sobre ‘Intercambio Hidrodinámico-Mediterráneo’.
“Hemos pedido al Comité de Asesoramiento Científico que nos indique qué medidas debemos adoptar para evitar que el Mar Menor quede aislado”, especificó el consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán. Un estudio del Imida muestra cómo se está cortando el intercambio de agua entre el Mar Mediterráneo y el Mar Menor y eso está afectando negativamente a su recuperación, y “creemos que debe haber intercambio de agua para que se regenere”, precisó.
Actualmente, en el Mar Menor se llevan a cabo numerosos trabajos de investigación y muestreo, que hacen que “posiblemente sea la masa de agua más controlada y monitorizada de Europa”. Con los datos con los que cuentan los científicos, el grupo de trabajo, utilizando técnicas de simulación hidrodinámica, deberá proponer medidas sostenibles que permitan el intercambio de agua.
Todos los canales de intercambio de agua han visto reducido su calado y se están colapsando por la acumulación de sedimentos, lo que origina que el Mar Menor esté quedando completamente aislado del Mediterráneo. “Queremos evitar que el aislamiento del Mar Menor lleve a una situación de estancamiento de las aguas como se está produciendo”, aseguró el consejero, quien apuntó que “son los científicos los que nos tienen que indicar lo más adecuado con las simulaciones que realicen con los datos disponibles”.
POSTURAS CONTRARIAS
De forma contraria se han manifestado en diversas ocasiones los científicos, que creen precisamente que la fortaleza de la laguna procede de su relativo aislamiento, lo que le procura condiciones ambientales diferentes a las del Mediterráneo, como un mayor índice de salinidad que se perdería en el caso de aumentar los caudales de entrada.
El grupo de trabajo revisará el calado de los distintos canales de intercambio, como la Encañizada de La Torre, al norte de La Manga -la del Ventorrillo está en vías de recuperación-, y las golas de El Estacio y Marchamalo, y si realmente corre el peligro de aislarse por completo. Los científicos aseguran que el calado de estas zonas no es fijo, ya que varía con las corrientes.
El portavoz del Comité Científico, el catedrático Ángel Pérez Ruzafa, se ha mostrado tan solo partidario hasta ahora de actuaciones puntuales para el mantenimiento de las golas. De hecho, ha sido un secreto a voces en los últimos años el dragado constante de la encañizada de La Torre, donde la empresa Pescados Albaladejo explota la captura de doradas y lubinas por medio del método ancestral de cañas.
La necesidad de un calado mínimo para que se produzca la circulación de las doradas ha llevado a frecuentes dragados en esta zona de marisma, a donde resulta difícil llegar incluso a los conocedores de la laguna. Por eso, para llegar al pantalán de atraque de La Torre, las embarcaciones se sitúan de forma perpendicular y en línea con el pasillo que señalan unas varas clavadas en los fondos para señalar la vía de acceso y evitar que los barcos encallen.
Sobre la conveniencia o no del dragado, se escuchan voces encontradas. Los científicos siempre se han mostrado contrarios, lo que llama la atención en el reciente interés de la Comunidad Autónoma en llevar a cabo actuaciones de recuperación del calado. De hecho, antes de esperar las conclusiones del grupo de científicos, la Dirección General de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuicultura ha encargado una evaluazión de impacto ambiental para recuperar un calado de 40 centímetros en la encañizada, ante el temor de que la acumulación de arenas pueda liquidar este sistema ancestral de pesca.
