La 'racha' ha llegado este año en dos oleadas para mayor alegría de los pescadores del Mar Menor. Si en la primera marea de doradas, la lonja se llenó con casi 30.000 kilos en tres días, la segunda -registrada desde el pasado lunes por las rachas de viento- ha superado el récord de 25.000 doradas en un solo día.
La 'racha' o la 'removía', como la llaman algunos pescadores, llega con la primera borrasca de noviembre, una ráfaga de viento más frío de lo habitual, un descenso en la temperatura del agua y el influjo de la luna llena. Los pescadores la esperaban y llegó el pasado lunes 6 de noviembre, cuando los 12.500 kilos fueron recibidos en la lonja de Lo Pagán. Con los 8.000 kilos extraídos al día siguiente, martes, la 'racha' dio la cara con un aluvión de 20.500 kilos de esta apreciada especie en solo dos jornadas. Al día siguiente, el Mar Menor puso otro regalo en las redes de los pescadores, con casi 10.000 kilos de doradas.
Esa borrasca, imprescindible para alterar la vida bajo la superficie del agua, irrumpe cada año un día cualquiera de noviembre para provocar corrientes y migraciones. A la llamada de la naturaleza, las doradas, hasta ahora ramoneaban felices entre las algas del fondo, inician su éxodo hacia el Mediterráneo para la reproducción. Los pescadores las esperan con las paranzas dispuestas, los artes fijos de fondo que, como las encañizadas, engañan a los peces, que entran por la boca de un embudo -caramboque- con dos semicírculos hacia una red cuadrangular. Este sistema, con más de un siglo de tradición, permite mantener vivas las capturas más que ningún otro arte. Solo la caprichosa dirección de los vientos del norte y noreste benefician a unos caladeros más que a otros.
En subasta solo se ha depreciado hasta los 1,10 de mínima la dorada más pequeña -la talla mínima es de 20 centímetros-, que ha sido minoría. La mayor parte de las cajas las ocupan las más orondas, que se cotizan en subasta de 7 euros -el kilo- para arriba. El año pasado, la media de precio de la dorada durante la racha osciló en los 5,14 euros el kilo. Esta semana, con la seunda oleada de la racha, los precios han rondado los 5,20 euros por kilo.
La mayor parte de las pequeñas se destinan a la exportación, que asume el 20% de las capturas de la 'racha', ya que la ráfaga otoñal de pescado da para abastecer los mercados cercanos y los europeos, sobre todo a compradores de Italia y Francia.
Segunda oleada
Cuando ya no lo esperaban, la 'racha' ha vuelto esta misma semana. Las fuertes rachas de viento del pasado lunes, 13 de noviembre, de hasta 21 kilómetros por hora, ha reactivado el éxodo de doradas y, por tanto, su captura. Ayer, martes, la subasta de pescado no paró hasta las 10 de la noche para dar salida al récord de los últimos años, con más de 25.000 kilos de doradas en una sola jornada.
El fenómeno de la pesca de doradas en noviembre llega acompañado por otro menos aleccionador: los robos. Desde que hace 10 días comenzó el aluvión de pescado, habitual en noviembre en la laguna, la Cofradía ha presentado más de 20 denuncias por robos de pescado y de artes de pesca, igual de las fijas como paranzas y charamitas, que de travesía como el tresmallo.
Los robos se producen de madrugada, de modo que cuando los pescadores llegan a revisar sus artes a eso de las seis de la mañana se encuentran con que de su caladero han desaparecido la red y las capturas. Para los pescadores supone un considerable 'roto' en su economía de trabajadores autónomos, ya que ven reducida la pesca precisamente en los días de la 'racha', cuando pueden compensar las pérdidas de otros meses malos, y además pierden gran parte de su inversión anual en las redes, valoradas cada una entre 2.000 y 3.000 euros por la cantidad de material -malla, plomo y corchos- y por las incalculables horas de mano de obra. El carácter artesanal de los sistemas de captura se mantiene aún en la laguna, de modo que son los propios pescadores los que fabrican los distintos artes de pesca puntada a puntada.
