Con galería de fotos
No eran una sombra extraña sobre las aguas del Mar Menor, pero no se asomaban a ellas desde hacía 75 años. Los hidros dejaron de volar sobre la laguna poco después de la Guerra Civil, cuando ya se habían quedado obsoletos para los objetivos militares. Los últimos hidroaviones, unos Heinckel destinados a la base alcazareña en sus últimos años de actividad, fueron las últimas sombras de los 'zapatones' en las olas cortas del Mar Menor. El festival Splash In, que se celebra en Mallorca cada dos años, ha resucitado su figura en aguas murcianas con motivo del Centenario de la primera base de hidroaviones española, que se creó en Los Alcázares en 1915. Hoy han vuelto a amerizar sobre la laguna entre ovaciones y aplausos.
El primero en aparecer en el cielo fue un Cessna 206 de ala alta con matrícula española. Después de un pequeño rodeo sobre la isla Perdiguera, enfiló hacia la costa de Los Narejos, donde lo esperaban cientos de personas bajo un intenso sol. Paraguas, sombrillas y gorras sirvieron para protegerse de la cegadora luz que dificultaba ver la silueta del anfibio hasta que rompió la superficie del agua. En la orilla, encontró el tropiezo.
Si el primer vuelo de un hidro en el Mar Menor encontró sus propias dificultades -los cronistas de 1915 lo narran como un despegue con saltos gallináceos- no fue menos para el primero en retornar. La rampa instalada para facilitar el acceso de los aviones a tierra no funcionó, debido a su altura excesiva para los motores de los hidros. Probaron varios, sin conseguirlo. Los operarios tuvieron que suplir la rampa con unos metros de cuerda y pura fuerza bruta para tirar de las máquinas hasta la pasarela dispuesta en la arena para su exposición.
El segundo fue otro Cessna, similar al primero, que intentó subir a tierra por la rampa de cemento que utilizan los deportistas del Centro de Alto Rendimiento para botar las embarcaciones, ya que la rampa creada para los hidros resultaba inservible. El acceso alternativo resultó accidentado para el Cessna, cuyas ruedas se averiaron.
El tercer hidro en aparecer dibujó una brillante figura roja en el aire. Un Cessna con matrícula finlandesa que fue elegido por la mayoría de los espectadores para sus fotografías de recuerdo. Le siguió un hidro del servicio de Protección Civil italiano. Dos ultraligeros que acuatizaron en panza, sin flotadores, despertaron la curiosidad de los espectadores, sobre todo el italiano que, al acercarse a la orilla, levantó el cristal de la cabina y sacó los remos.
Aún quedaban dos hidros Savannah, uno de ellos de la Scuola Italiana de Volo, que llegaron al destino de Los Narejos ya pasadas las tres de la tarde. Durante la tarde, el público pudo ver de cerca los hidros, igual que podrán hacerlo durante la mañana del domingo. A primera hora de la tarde, tienen previsto tomar rumbo de vuelta a Mallorca. Los hidros habrán sido un fugaz espejismo en el Mar Menor. Solo quedará su historia.
