Un nuevo revés al sector más afectado por la crisis ambiental del Mar Menor. Ya eran pocos los que había recurrido a salir de nuevo a pescar al Mar Menor, debido a la escasez de pesca y a la parálisis del mercado, pero la nueva DANA les hace temer por la campaña de la anguila, que era su única esperanza para salvar el peor trance que recuerdan desde la inundación de 1987.
Apenas un tercio de la flota cala las redes ya en la laguna después del episodio de los peces muertos en octubre. Los que no cobrarán ayuda alguna de la Comunidad Autónoma rezan para que la DANA no ahuyente a la anguila, su tabla de salvación de la temporada. Ya han adjudicado el contrato de venta de toda la producción de la temporada, que empezó el 1 de diciembre.
Solo dos empresas pujaron por llevarse esta especie en peligro de extinción, pero finalmente supondrá un nuevo ingreso para el gremio. Ni mucho menos esperan igualar los 26.000 kilos de media de los últimos años, en parte por el deterioro de las aguas y en parte porque la veda aumenta este año una quincena más, pero las capturas han devuelto la esperanza a los pescadores en los últimos días.
Solo les queda esta temporada para aprovechar esta reserva de anguilas que aún es el Mar Menor, porque en 2021 ya no se podrá extraer. Junto con el chanquete, salvará el duro invierno del reducto de pescadores que no ha tenido otra salida que echarse a una laguna que vuelve a ser de color café con leche.
