Ha pasado casi medio siglo desde que levantaron la estructura del edificio Lagoymar, en la orilla de La Manga del Mar Menor, y en los próximos meses será derruido tal y como quedó, sin terminar. Mañana, jueves, empiezan los trabajos de corte y desmontaje de la torre de hormigón de 12 plantas. Las medidas de protección serán máximas para evitar vertidos al Mar Menor.
Será preciso acordonar el entorno de la torre, ubicada entre los kilómetros 7 y 8 de La Manga. La cercanía con el Mar Menor ha sido determinante para la elección del método de corte con cizalla, en lugar de la detonación de explosivos o el derribo con pala mecánica, que ocasionarían un mayor impacto en la laguna. Se instalarán lonas antipolvo humedecidas, redes y otros elementos de protección.
Los primeros estudios ya alertaron de la necesidad de dar los primeros pasos con extremo cuidado por el deterioro de los forjados, ya que el edificio se encuentra en estado ruinoso, con pilares cuyas armaduras han quedado al descubierto por la corrosión o han perdido parte de la sección.
Se instalará un vallado perimetral y se apuntalarán las plantas para evitar derrumbes descontrolados. Los trabajos de corte se realizarán desde fuera hacia adentro. Además de la cizalla se emplearán martillos de percusión, picadores y cortadoras manuales.
Los escombros, que alcanzarán un volumen considerable de unos 85.435 metros cúbicos, se procesarán en la obra con una trituradora antes de almacenarse en una zona cercana de acopio, para después ser trasladados en camiones al vertedero de residuos situado cerca de El Algar.
UN MILLÓN DE EUROS POR RECUPERAR
¿Quién paga el derribo del Lagoymar? De momento, el Ayuntamiento, que tendrá que adelantar el millón de euros que costará en total eliminar esta rémora del pasado. El Gobierno local intentó durante años que fuera el propietario, Tomás Maestre, quien se hiciera cargo del derribo, pero el abogado y titular de la empresa Intramanga Turística S.L., dueña del edificio, dio en el último momento un paso atrás a pesar de que ya había presentado un proyecto de demolición en el Consistorio.
Desde 2002, cuando una carta del Ayuntamiento le comunicó por primera vez al dueño la exigencia de que reforzara la cimentación, se han sucedido las demoras. En 2009, el Ayuntamiento lo declaró en estado de ruina, lo que ratificó en 2012.
La propiedad recurrió la decisión, aunque la administración local desestimó su postura. En 2014, el Ayuntamiento solicita un dictamen al Consejo Jurídico de la Comunidad Autónoma, que admite en parte el recurso de Maestre, experto en Derecho administrativo. La primera orden de demolición llega en 2017, un año después de que la cadena Roc comprara el hotel Doblemar, gemelo del Lagoymar, que se convierte cada vez más en un lastre para la regeneración turística del entorno.
RECLAMACIONES CRUZADAS DE DEUDAS
Aún quedan varios capítulos del pulso entre el Ayuntamiento y Maestre, sobre todo a la hora de cobrarle al empresario el coste del derribo y los 245.309 euros de deuda por los recibos de IBI impagados entre los años 2003 y 2011 por un solar de 22.000 metros cuadrados que Maestre tiene en La Manga.
Desde el Ayuntamiento calculan que a este adeudo habría que sumarle otro tanto por las liquidaciones de 2012 a 2023. Queda pendiente de aclarar cómo compensará el Gobierno local otra vieja deuda que tiene con Maestre por la ocupación de un solar de su propiedad entre los años 2001 y 2008, que asciende a unos 400.000 euros de alquileres impagados, aunque el abogado le suma otros 300.000 euros de intereses.
