El día de la festividad de la Virgen del Pilar no ha podido amanecer más veraniego. Con un brillante sol y cálidas temperaturas en la costa del Mar Menor, las playas y los chiringuitos han recobrado la animación propia del verano. Los turistas han llenado las terrazas para disfrutar de aperitivos y de la gastronomía marinera.
La animación propia de un día de verano ha vuelto con motivo del puente del Pilar. Algunos madrileños de los municipios no confinados han podido acercarse de nuevo a ocupar sus segundas residencias y alejarse de la presión que vive estos días la capital española con la epidemia. Se nota además en los comercios y la hostelería el aumento de la población a causa de la pandemia, ya que no pocos madrileños y residentes de otras comunidades autónomas, que tienen su casa de veraneo en la playa, han decidido quedarse a pasar al menos el otoño, que en el Mar Menor suele ser como un segundo verano.
Un chiringuito en la playa de Villananitos, esta mañana, casi al completo del aforo permitido por las medidas de seguridad.
